27 La Revelación

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Ignacio

Vamos saliendo de la última clase que fue contabilidad. Eliot y Bradley van a hablando. Anoche llamé a mi abuela, noté su voz un poco débil. Ella es hipertensa y eso me preocupa.

—¿Por fin Camila va a estudiar en esta universidad? —pregunta Eliot.

—Sí, ella con sus buenas calificaciones lo más seguro entrará.

—¿Y Ceci dónde va a estudiar? —preguntó mi otro amigo.

—¿Por qué la pregunta acaso le quieres meter la lengua otra vez hasta las amígdalas? —bromea el de ojos verdes con una sonrisa.

—Cállate, Eliot —replica Bradley serio.

Trato de contener las risas por el comentario de mi amigo el bromeador.

—No sé, pero si quieres le pregunto a mi novia, Bradley.

—Yo creo que era mejor que Camila estudiará en otra universidad —opina Eliot.

—¿Por qué? —pregunto frunciendo el ceño.

—Tú sabes que a German y su grupo le gusta maltratar a los becados —contestó el de ojos azules.

—Y tú sabes, que yo no le tengo miedo ni a German ni a su grupito. Yo no voy a permitir que ellos maltraten a mi pecosa, porque cuidaré de ella —expreso serio.

—¡Ay Romeo, me vas a hacer llorar! ¡Si en la otra vida vuelvo a nacer, seré una chica para ser toda tuya! —exclama Eliot dramáticamente poniendo su brazo en mi hombro.

—Eso sería la relación más tóxica que podría existir —opina Bradley sonriendo.

—No tengo tan mal gusto —replico con sarcasmo.

En esta universidad, German y su pandilla creen que por ser ricos tienen derecho a maltratar a los que no lo son.

Hoy en la noche tendré que contarle a Camila sobre ese pasado que tanto me… lastimó. Eso es algo de lo que nunca me ha gustado hablar, porque es muy doloroso para mí.

«Siempre quise enterrar eso».

Camila

Cuando llegue de la preparatoria, me di una ducha lave mi cabello con mi champo de fresa. Después que salgo de la ducha voy hacia mi cama ahí deje la ropa que voy a usar. Es un jean blanco, una braga, mi brasier con una franela roja de algodón y unas converse blanca.

Luego hice mi tarea, después vi un rato la televisión. Cuando el reloj de mi habitación marca las ocho, me dirijo al tercer piso. Adelaida viene bajando las escaleras, siempre lleva su cabello recogido en una cola alta con su uniforme de siempre, una falda azul oscuro y una blusa color lila.

—¿A dónde te diriges, Camila?

—Voy al tercer piso a tocar el piano.

—Quiero hacerte una pregunta.

—Díganme.

—¿No has pensado en terminar con el joven Ignacio, en alejarte de él?

Me hago la tonta, lo de mi relación con Ignacio es secreto si mi madre lo supiera me mataría. Por lo visto todos en esta mansión tenemos secretos… Hasta yo.

No debería llamarse la mansión de los Besnier, si no... la mansión de los secretos.

—No sé de qué habla —le respondo en un tono suave.

—Sí, sabes de qué hablo, no te hagas la gafa, hace como un mes en la noche los vi en la piscina. Y no estaban haciendo cosas que hacen dos amigos.

—¿Y qué vas a hacer?, ¿le vas a contar a mi madre o a la señora Isabel? —le pregunto seria.

Eres Mia (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora