Eres Mia (Completa)

45 El Final

Camila

Ignacio y yo vamos a desayunar y más tarde iremos a visitar a su abuela a la clínica. Lo detallo, él lleva puesto un jean negro, con franela de algodón blanco y una camisa de cuadros vinotinto y negro encima abierta en el medio, unos zapatos casuales y un reloj de marca.

Yo voy vestida con un jean desahogado, un buzo blanco y unos tenis del mismo color. Mi cabello suelto alrededor de mis hombros y un maquillaje natural.
Vamos, bajando las escaleras con nuestras manos entrelazadas. Una empleada viene subiendo, su uniforme es una falda negra y una blusa azul claro de botones manga larga. Parece como de treinta años. Mi Darcy le dice algo en francés y ella asiente.

—¿Qué le dijiste?

—Que, limpiara nuestra habitación.

—¿Nuestra? —pregunto con una pequeña sonrisa.

—Sí. Nuestra, pecosa. —responde en un tono suave.

…

Cuando estábamos desayunando, saca algo del bolsillo de su camisa de cuadros vinotinto y negro.

—Toma, es la pastilla del día después. —Me la da.

La saco del empaque y me la tomo con mi jugo de naranja. Nuestro desayuno es sencillo el de él una ensalada de frutas, un café con pan tostado, omelette y tocineta. El mío dos sandwich y mi jugo de naranja.

Tengo que llamar a mi madre. Aunque debe estar enojada todavía, porque ya sabe que duermo con mi Darcy ojalá se le pase pronto su molestia.

Mientras desayunamos Ágata se acerca, parece nerviosa le dice algo en francés y él se levanta.

—Ya vengo, pecosa —menciona acariciando mi cabello con su mano.

Asiento.

Sigo comiendo mientras él se va... Es que tengo un hambre del tamaño de la estatua de la libertad, sí ya sé que soy un poco exagerada. La señora Sol me preparo un sándwich como me gusta, de lechuga, tomate, jamón y mi jugo de naranja.

Estoy probando el jugo y justo en ese momento escucho que gritan:

—¡Camilaaa, ven! —Esa, esa es la voz de Carlota. Vuelve a gritar mi nombre.
—. ¡Camilaaa!

Camino hacia la sala, sé que el ruido proviene de allí, cuando llego ahí está… la castaña, parada frente a Ignacio.

—Camila, ve al comedor —ordena molesto.

—Yo necesito a hablar contigo, Camila —interviene la francesa en inglés con su acento francés.

—¡Tú, no tienes nada que hablar con mi novia, así que lárgate! —replica enojado.

—Te escucho, Carlota —menciono parándome al lado de él.

—¡¡Cállate, Carlota!! No, te atrevas a decirle... 

—¡Ignacio y yo nos casaremos en tres meses! —también grita. Lo dice mirándome a mí y luego a él.

—¿Es mentira? —cuestiono sorprendida observando a ambos —. ¿Eso es mentira verdad, Ignacio? —repito y algo en mí se rompe, me duele porque el chico francés calla.

Mientras sigue en silencio y está pálido Carlota saca dos papeles de su cartera y me los da son idénticos. Tienen la misma foto solo que uno está escrito en inglés y el otro en francés.

—Ahí tienes la fecha y la foto del día que anunciamos nuestra boda. Te traje la traducción en inglés por si todavía no me quieres creer. —lo reviso miro una foto de Ignacio con un esmoquin negro y a Carlota con un vestido turquesa y tacones. Tiene el brazo entrelazado con el de él. Lo comienzo a leer, la fecha es de hace dos semanas.