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El proceso fue relativamente rápido, todo transcurrió como se esperaba.

Su ritmo cardiaco aumentaría le retirarían los tubos de la garganta y a la mañana siguiente despertaría alrededor del medio día.

...

El dolor en mi cabeza era insoportable, sentía que me hubiera caído de un quito piso, apenas si sentia los dedos y mis labios descansaban secos. Jire mi vista torpemente hacia el peso a un lado de la cama, todo estaba oscuro, casi no lo veia. Intente moverlo, lo empuje, azote, moví como si la vida dependiera de ello, aunque bueno con una mano llena de agujas dolorosas, no tenia fuerza ninguna.

De alguna forma ya sabia quien era, el estaba acurrucado en mis piernas aun sentado en las duras sillas de espera de los hospitales, sus brazos crusados y su cabeza hundida en el centro.

-Alexey...-- mi voz era rasposa, estaba luchando por pronunciar algo, sentia que me ubieran echo tragar un palo -- Despierta bastardo.

Me lleve la mano a la cabeza, el dolor me era insoportable.

--La putisima madre, duele como la mierda.

Sentí como una mano se poso en mi mejilla, me jire al verlo.

--¿Que te duele princesa? -- Se le notaba el cansancio, aunque no pudiera verlo claramente le podía ver como tenia grandes ojeras bajo sus ojos y como ya su piel estaba tan pálida como la leche.

--¿Sabes? das miedo, ve a dormir un rato mas.

El sacudió su cabeza y se peino su cabello para atrás, luego se inclino despacio y me dio un ligero beso en la mejilla.

-- No me has respondido, ¿que te duele?, yo estoy bien estaré mejor cuando salgamos de aquí.

--Me duele todo, tengo mucha sed y ya no aguanto el dolor de cabeza.

Con su mano aún en mi mejilla, empezó a acariciarme con su pulgar luego se levantó y encendió la luz. Mis ojos ardieron al instante.

--La puta madre-- dije para restregarme los ojos.

--No putees, recién te despiertas y ya tienes un vocabulario de camionero.

Lo mire con los ojos llorosos.

--A ti no te gustaría que te duela todo y en sima te hagan doler más.

--Sí, pero no fue con intención.

--No me importa bastardo--al instante sentí un pinchazo en mis costillas.

--Te dije que no insultes.

--Púdrete-- otro pinchazo -- ¡ah!

Y ahí seguimos un rato más hasta que entraron los médicos y nos pidieron que paráramos por mi salud,. También para que no nos matáramos entre nosotros, pero eso ya era aparte.

Luego de un largo rato de revisiones y preguntas costrosas me sacaron toda clase de agujas que tenia incrustadas, luego llego la psicóloga y siquiatra. Le pidieron a Alexey que se fuera y a regañadientes accedió, cuando terminaron dijeron que el alta ya estaba echa pero tendría que visitar a un psicólogo todas las semanas. Luego ya quedamos solos otra vez.

-- Tengo hambre.

--Ya traerán la comida, se paciente.

--Pero tengo hambre--insistí.

--Pero como dije ya te traerán la comida niña, se paciente. Estas en la maldita suite de este lugar, vas a ser la primera en que le traigan algo -- dijo sacando la vista del teléfono.

--¿Tenes audífonos? sin música no vivo.

--¿Como no vas a vivir sin música? 

--Y claro, hay que ambientar la desgracia de vida, ¿acaso tu nunca escuchas?

Estúpido mafioso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora