Nacht Faust - Entre Sangre y Sombras (Black Clover)

Capítulo V Ódiame

Narra Nacht

Cada día siento más odio por el mundo que me rodea.

Todas las personas se interesan por cuanto dinero y poder mágico tienen los demás, por cuán buena es su magia... Por cuán hermosa es.

Por eso el mundo está sumido en un interminable círculo de desigualdad, expectativas que llenar, ¿para qué impresionar a un mundo de hipócritas cuando puedo vivir mi vida sin rendirle cuentas a nadie?

He vivido mi vida hasta hoy entre las múltiples comparaciones que hacen las personas.

Esta sociedad está podrida, ¿y me juzgan a mi?

Por supuesto, es muy fácil para un hipócrita poner sus pecados sobre el que no se esconde en alguna máscara de bondad absurda. No le debo nada a nadie, no tengo por qué. Todo en este mundo es del mismo color, todos son iguales, todos son escoria... Sin embargo, ella...

Ella es como yo, nunca lo admitiré frente a ella, pero es así.

El mundo la desprecia y está sola, siempre ha estado sola, igual que yo. Pero pese a lo mucho que nuestras historias se parecen, ella es más débil, no hay odio en su corazón.

Ingenua...

Es débil, es tonta, es inocente... Pese a que ha visto, ha vivido la maldad de este mundo en carne propia, no es capaz de odiar, no es capaz de ignorar el mundo y sigue creyendo que hay salvación para la escoria... No estoy obligado a nada, ni siquiera sé porqué me tomo la molestia de siquiera pensar en esto, pero me siento obligado a que se vuelva fuerte. Este mundo recompensa mal a quien más fe le tiene...

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Han pasado ya 5 años desde que nos conocimos, la veo casi siempre en la calle, no necesariamente ella me ve a mi. Se ve más estable que cuando teníamos nueve años, pero es débil, pasa su tiempo empeñada en crear formas de ayudar a los demás cuando lo que debería hacer es volverse fuerte ella.

Hoy, este día en particular, camino por las calles de la capital buscando algo en que invertir mi tiempo, hacer las cosas solo me aburre un poco, así que la idea de molestar a Deirieri se me pasa por la mente.

Me subo a unos tejados cerca de la calle, justo en la ruta que ella transita a eso de las 4:20 p.m. De pronto, veo pasar a un chico de piel morena y cabello azabache "¿un extranjero?", digo para mi mismo. Nunca lo había visto por aquí, sin embargo no le presto tanta atención, por ahora tengo un objetivo ya en mente.

Bajo de los tejados y camino un poco en dirección a donde supongo, debe estar Deirieri, pero me detengo en la salida de un callejón. Estoy ahí un momento hasta que veo un gato negro acercarse a mi y frotar su cuerpo contra mi pierna mientras ronronea.
"el gato de la enana" pienso. Por alguna razón casi siempre viene a mi cuando Deirieri está cerca, seguramente ella ya estaba por aquí.

Narra Deirieri

Hoy fue un buen día, la gente se acercaba a comprar mis pociones y esto era gracias a Yami, al parecer el chisme de que había un extranjero en el reino empezó a llamar la atención de muchas personas, quienes llegaban a mi puesto a ver si era cierto con la excusa de que querían comprarme algo, para disimular lo chismosos qué son.

Pasadas las 4, le dije a Yami qué fuera a casa, pues yo tenía que comprar algunas cosas, aunque de mala gana, accedió a llevarse mis cosas para que yo pudiera ir de compras a gusto. Me quedé atrás con Dazz y después de un momento noté que Yami se había llevado mi bolsa con las monedas que gané hoy.

—Maldito Yami... Ahora no comeremos nada por su culpa —pensé y me dispuse a irme a casa, sin embargo, Dazz salió corriendo sin explicación—

Corrí tras él, no me gustaba que hiciera eso, podría pasarle algo y me aterraba el hecho de que a mi pequeño Dazz le sucediera algo malo. Corrí tras él, llamándolo pero solo me ignoraba, luego lo vi girar en un callejón y pensé en atraparlo ahí.

—¡Aquí estas! -dije girando en el callejón para atraparlo—

Sin embargo lo que vi, me dejó sin palabras.

Mi pequeño Dazz, la luz de mis ojos... Estaba de lo más a gusto en los brazos de Nacht. Mi semblante se volvió serio pero igual seguía confundida.

—Traidor... —dije en voz baja mientras miraba a Dazz, pero este solo maulló y siguió en sus brazos—

—Vaya... Pero si es la enana sabelotodo —Dijo Nacht con una expresión arrogante en su rostro mientras acariciaba a Dazz. Luego lo puso en el piso y mi gato corrió hacia mi—

—¿Qué quieres, niño rico arrogante? —lo miré con desdén mientras colocaba a Dazz en mi hombro—

—¿Qué quiero? Pero si eres tú la viniste corriendo hasta mi. —se recargó en la pared de aquel callejón mientras me miraba con una sonrisa arrogante—

— ¿Sabes qué? No tengo tiempo como para gastarlo contigo —me giré con la intención de irme—

—Típico de ti, siempre huyendo... ¿Y así dices que quieres ser fuerte? No lo creo. No eres más que una niñita débil y mediocr-... —lo interrumpí lanzándole un golpe—

Dazz bajó de mi hombro inmediatamente.

Le lancé un golpe directo a la cara, iba con todas mis fuerzas, sin embargo, lo esquivó fácilmente, se hizo a un lado a una velocidad qué me dejó boquiabierta. Al instante me jaló del brazo haciéndome caer al piso boca abajo. Luego, mientras estaba en el piso, puso una de sus rodillas en mi espalda, ató mis manos con su magia de sombras y me tomó del cabello bruscamente haciendo que mi  cabeza se inclinara hacia atrás.

—Eres tan débil que me provocas náuseas, a este paso no serás más que una escoria mediocre y sin futuro... —acercó su rostro al mio sin soltarme mientras decía esto con arrogancia y maldad—

Me estaba doliendo todo... Pero lo que más me dolía era saber que tenía razón, no era fuerte... ¿De qué me servía ser "valiente e inteligente" si ni siquiera podía salir de esa situación tan humillante.

Cómo un intento desesperado, traté de usar mi magia materializando mi sangre en hilos más gruesos de sangre para intentar sujetarlo, pero él fue más rápido y evitó mi ataque con su magia de sombras, para luego apretar más su agarre haciéndo qué me quejara del dolor.

—¿¡Qué demonios quieres de mi, Faust!? —grité con dolor y desesperación—

Hubo silencio por un momento, entonces sentí que dejó de agarrarme y habló en un tono frío.

—Que aprendas a vivir... —dijo eso y se apartó de mi—

Al sentirme libre, volteé para mirarlo pero ya no estaba ahí...

Mi gato se acercó a mi, maullando con ternura como lo hacía siempre, le sonreí... Pero me dolía todo... Me dolían los brazos, la espalda y la cabeza, estaba más despeinada de lo que acostumbro y un poco sucia. Pero las palabras de Nacht, pese a siempre aparentar que me da igual su existencia, me habían hecho sentir como una inútil, además... Quizá tenía razón, ni siquiera puedo defenderme de él y pretendo ser una maga poderosa... Que ridículo...

Suspiré con cansancio y con Dazz ya en mi hombro, caminé a casa adolorida y pensando en esa situación.

Narra Nacht

La veo alejarse desde las sombras, su semblante delata lo mal que esto la hizo sentir. Quizá me excedí con ella, esta vez... Pero es necesario, si no puede odiar al mundo que la hiere, entonces la obligaré a odiarme para que se vuelva fuerte.

Es necesario... O se quedará atrás...

Tiene que superarse, lo hará a su tiempo. De eso estoy seguro.