Capítulo XXXV - El Ángel Sangriento

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Después de lo sucedido con Nacht, habían pasado muchas cosas... Como el incidente con el rey mago, el nombramiento de Nozel y Fuegoleon como capitanes de sus órdenes, más novatos en cada orden y lo más importante, el nombramiento de nuestro capitán, Julius Novachrono como el rey mago número 28. Si, así es, ahora él es el nuevo Rey Mago. Realmente creo que no hay nadie más capacitado para el cargo que él.

El día de hoy, el señor Julius, o mejor dicho, el rey mago Julius Novachrono... Nos ha pedido a Bram y a mi que nos presentemos en su oficina.

—Rey mago —hicimos una reverencia— ¿Nos mandó llamar?

—Niños, ya saben que no tienen que tratarme con tanta formalidad —dijo sonriendo de forma nerviosa— Y si, verán... Al parecer algunos guerreros mágicos del Diamante han estado atacando las aldeas que están cerca de la frontera. Necesito que vayan y averigüen que sucede. —asentimos— Ah y, les será asignado un grupo de magos a su cargo para esta misión.

—Como ordene, rey mago —habló Bram, yo solo asentí—

Fuimos de inmediato a reunirnos con los magos de las otras órdenes, los cuales estarían a nuestro cargo. Partimos de inmediato a la frontera con el Diamante para instalar un campamento.
Busqué una zona estratégica, donde el enemigo no pudiera vernos y nosotros tuviéramos una buena visibilidad. Bram colocó una barrera mágica y nos instalamos.
Mientras tanto, Bram y yo analizamos la situación.

—El Diamante está agotando todos sus recursos —habló Bram— Y al parecer ya empezaron a poner en marcha su plan de conquistar a los reinos vecinos.

—Con que de eso se trata... —Dije pensativa— Pero de todas formas, hay que quedarnos a esperar que ataquen.

Ese día no hubo mucha actividad, amaneció y tampoco hubo señales de ataques en las zonas vecinas, pues había enviado a mis peones de sangre a vigilar los alrededores.
Hasta que ese día, más tarde, mis peones de sangre me enviaron señales de movimiento, pero todo fue demasiado repentino. Cuando reaccionamos habían unos 200 guerreros mágicos del Diamante en los alrededores de nuestro campamento, sin embargo, gracias a la barrera mágica de Bram ellos no podían percibir nuestra parecencia, lo que los dió tiempo de posicionarnos.

Bram reconoció de inmediato a los que estaban liderando este posible atentado, eran otros dos Generales de su reino un hombre y una mujer. Los escuchamos decir que empezarían por cierta aldea cercana a la frontera.

—¿Qué tal? —dijo uno entre risas— Al parecer tenemos compañía.

Nos tensamos, de alguna forma nos había descubierto pese a la barrera de Bram.

—No vinimos aquí a perder el tiempo con unos niños, Kristen —habló un tipo de cabello negro y ojos verdes—

— Vamos, Ryndor... Después de todo son obstáculos para nuestro objetivo —dijo la pelirroja antes de lanzar un ataque con su magia de roca en dirección a nosotros, obligándonos a salir de nuestros escondites—

"El Príncipe" dijeron ambos al mismo tiempo con una expresión de sorpresa.

—Príncipe Bram... Entonces los rumores son ciertos, eres un traidor —Habló el hombre—

—Hay que matarlo —una sonrisa macabra se dibujo en el rostro de la mujer— O quizá al rey le gustaría arreglar cuentas con su querido hijo.

—Se lo llevarán sobre mi cadáver —dije con una expresión fría—

—Pronto te darás cuenta, pequeña... Que eso no es un problema para nosotros —la mujer lanzó un ataque con su magia de roca pero lo esquivé—

El que se había llamar Ryndor, solo estaba observando, mientras que los magos qué venían con ellos ya se habían movilizado a atacar la aldea.

Nacht Faust - Entre Sangre y Sombras (Black Clover) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora