Capítulo XXVII - El Príncipe del Diamante (parte 2)

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—No sé si ya te lo había dicho, pero odio que me despierten... —habló aquella voz cubierta por una intensa luz— ¿Crees que debería castigarte? —rió levemente—

Todo era un caos en el mundo exterior, Yami y Morgen se habían logrado recuperar gracias al hechizo de peones de sangre de Deirieri, los cuales se habían desvanecido proporcionandoles su maná, pero aún estaban heridos, y no podían hacerle frente al príncipe del diamante.
Morgen había dejado el cuerpo de Deirieri en un lugar apartado, para poder recuperarlo luego, mientras tanto ayudaría a Yami a vencer a ese tipo tal y como fue la última voluntad de Deirieri.

Sin embargo, pasó algo inesperado. Al parecer al romper la joya de su frente su mente se había desestabilizado, al igual que su maná, pues aún le quedaba una gema en el pecho, la cuál estaba desbordando una cantidad de maná monstruosa, qué seguro lo mataría, pero no sin antes destruir todo a su paso.

Morgen y Yami estaban al límite otra vez, sus heridas no les permitían seguir, pero aún así, no se rendían, estaban dispuestos a morir peleando, tratando de defender a las personas inocentes del reino del Trébol.

Y justo cuando todo parecía perdido y una corriente pura de maná estaba por golpearlos otra los apartó a una velocidad incomprensible. Ambos se quedaron perplejos ante lo que vieron.

—¡Qué bien se siente la luz del sol en la cara! —Gritó Deirieri muy animada—

Pero no, no era ella... Era su cuerpo, pero no era ella, sus ojos se habían vuelto completamente negros, su voz sonaba diferente, tenía un par de alas, unas hermosas alas llenas de finas plumas negras, y un maná aterrador, era Deirieri... Pero no era ella... Su ki no era el de Deirieri y Yami lo notó en seguida.

—Salir tiene sus pros y sus contras —le dió la espalda al príncipe y miró a ambos compañeros de Deirieri qué la miraban con terror y asombro— Aunque debo admitir que solo los salvé como un agradecimiento especial a mi hermosa Pureza~.

Una corriente de maná proveniente del enloquecido y fuera de control peliplata vino directamente hacia ella mientras daba su pequeño discurso. Pero esta solo movió un poco la mano e hizo desaparecer todo el maná.

—Ash, odio a los que me interrumpen —dijo para luego voltearse a mirar al príncipe a punto de explotar— Bueno chicos ¿quieren ver un truco de magia? —los miró pero ellos estaban sin poder articular palabras—

El ser que poseía a Deirieri dió un paso al frente, pero antes de que su pie tocara el piso, apareció detrás del chico con una sonrisa. Su grimorio se abrió en las paginas que aún no estaban en el idioma de los humanos. Pero lo pronunció en el idioma humano por alguna razón.

—"Sangre del creador: bendición que maldice al santo pecador" —un agudo silencio se hizo presente un segundo antes de liberar su hechizo—

Una enorme aura roja abarcó toda la zona, viéndose incluso desde la capital del Trébol. Este hechizo funcionaba de forma similar al de la zona de maná de Deirieri, extrayendo el maná y la energía vital del oponente y absorbiendola ella, sin embargo este hechizo abaecaba un área ridículamente mayor y el maná era repartido entre ella y los que ella decidiera, por lo cual Morgen y Yami absorbieron una buena cantidad de maná.
Pese a que su maná estaba siendo drenado, el príncipe aún seguía peleando, pero ningun ataque lograba siquiera rozarla.

—Ya fue suficiente, niño —sonrió y en un movimiento rápido le sacó la gema del pecho haciendo que la intensa cantidad de maná desapareciera del aire y él cayera inconsciente—

Deshizo su hechizo y se quedó en el aire viendo todo a su alrededor con una sonrisa.

—Extrañé esto... Ojalá él estuviera aquí... —suspiró, pero luego notó sus alas de color negro y se alteró— ¿¡QUE!? ¡¡NO PUEDE SER!! ¿¡QUÉ LES PASÓ A MIS BELLAS ALAS!? —las miró horrorizada pero luego se calmó— Claro... Es por eso...

Nacht Faust - Entre Sangre y Sombras (Black Clover) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora