Nacht Faust - Entre Sangre y Sombras (Black Clover)

Capítulo IX - La verdad duele

Narra Deirieri

Se nos pasó el tiempo, aproximadamente a las 11 a.m. noté qué faltaba alguien.

Me levanté de mi asiento con una notable expresión de preocupación. Corrí por la casa como loca mientras Yami y Nacht me miraban confundidos.

—¡No está! ¡No está en ningún lugar! —dije sin dejar de buscar—

—¿Qué cosa? —Nacht preguntó muy tranquilo mientras se levantaba—

—Déjala, está paranoica —ambos rieron cosa que no me hizo gracia en lo absoluto—

—¡Dazz no está! —dije mientras buscaba por todas partes—

—Oye, deja la paranoia un rato, seguro que está por ahí —dijo mientras se estiraba—

—¡No! Él nunca se va así como así... —empecé a temer lo peor—

—Tanto escándalo por un gato —refunfuñó Yami—

—¡Cállate, no es solo un gato! —realmente, ese gato como le llamaba, había sido mi única compañía los últimos años—

—Tks... Cálmate —Nacht intentó detenerme pues caminaba de un lado a otro—

—¡No! —me aparté — Iré a buscarlo ahora, no lo veo desde que amaneció. —Ni siquiera dejé que me dijeran algo y salí inmediatamente de ahí—

Narra Nacht

Enana hija de... No, calma. Lo mejor sería no darle importancia, pero y si...¿el gato está muerto..?

—Oye, Yami —me miró sin mucho interés—.

—¿Hm? ¿Qué quieres? —sonreí—

—Hay que encontrar ese gato. —dije cambiando mi expresión a una de seriedad—

—¿Te importa mucho el gato o simplemente te importa la enana? —me tensé, claramente no me importan ninguno de los dos—

—Claro que no, no seas idiota —dije con naturalidad—

—No me digas idiota, idiota —suspiró y se puso de pie— Pero si tanto quieres encontrar al gato.

—¿Eh? —caminó hasta el lugar donde dormía y lo seguí—

—Está ahí —señaló al gato, estaba en su cama profundamente dormido—

—No te creo, Yami, es un gato ¿qué le hiciste? —me miró incrédulo ante mi insinuación—

—¿¡Qué demonios quieres decir con eso!? —me reí— Dejé una botella de vino abierta cuando me fui a dormir y pues... El gato se tomó un poco.

—Deirieri te matará cuando se entere de que asesinaste a su gato —me acerqué al gato y le piqué el estómago con mi dedo, pero vi que respiraba—

—Ni siquiera está muerto —se cruzó de brazos—

—Como sea, ¿qué? ¿Le decimos o no? —dije dejando atrás el gato—

—¿Y arruinar la diversión? —creo que estamos pensando igual—

Nos reímos, seguro se iba a enojar hasta que le explotara la cabeza, pero iba a ser divertido.

Salimos de la casa y fuimos a buscar a Deirieri, no estaba muy lejos, seguía en la playa buscando hasta debajo de las piedras. Pobre, casi sentí lástima por ella... Nah, es divertido.
Nos acercamos a ella.

—Oye, te vamos a ayudar a buscar a tu gato. —Dije lo más serio que pude—

—¿De verdad? —me miró con una expresión de gratitud, otra vez sentí un poco de calor, meh, es por el sol, estoy en la playa—