Los primero rayos de luz se hacían presente en aquel bosque tan agradable. Abrí los ojos lentamente, otra vez habíamos acampado al aire libre.
Me incorporé, bostezando y tallandome los ojos, vi a mi alrededor y noté que la señorita Mereoleona no estaba. Siempre se desaparecía cuando se le daba la gana así que no me sorprendí. Me levanté y fui a un arroyo cercano a lavarme la cara.Me arrodillé a la orilla del arroyo para tomar un poco de agua entre mis manos, pero justo antes de humedecer mi rostro salté inmediatamente al otro lado del arroyo. Justo al momento de hacerlo un golpe destrozó el suelo donde hasta hace un par de segundos me encontraba yo. Salté entre los escombros qué volaban por los aires.
—Señorita Mereoleona ¿acaso piensa destruir este hermoso lugar? —dije con una leve sonrisa mientras me ponía en posición defensiva—
—¡Buenos reflejos, mocosa! —Soltó una risa bastante enérgica—
Pero no se iba a detener ahí, a una gran velocidad se dirigió a mi para intentar asentarme otro golpe, lo esquivé fácilmente impulsandome sobre la sangre que materialicé bajo mis pies aún estando en el aire. Pensé que sería su típico "buenos días", sin embargo, en esta ocasión no se detuvo así nada más. Siguió atacandome como desquiciada, yo esquivaba lo que podía, pero pese a la velocidad que había desarrollado, Mereoleona me sobrepasaba por mucho.
Noté que estaba peleando en serio en esta ocasión, no supe ni de donde vino ese golpe, cuando reaccioné su puño estaba directo en mi cara mandándome a volar por el impacto causando que derribara varios árboles. Ni siquiera estaba usando su grimorio, esta mujer de verdad daba miedo.
Aún así no me di por vencida, me levanté velozmente y dejé de bajar la guardia. Usando mi magia de sangre como impulso para mi velocidad, me movía entre la destrucción que la de cabello naranja dejaba tras cada golpe desafinado. Tratab de golpearla, pero al final la que salía con un buen golpe en la cara o el estómago era yo.
Y así seguimos por un buen rato, hasta que sentí que ya no podía más. Me quedé de rodillas en el piso escupiendo un poco de sangre. Si, mi resistencia física era sobrehumana, pero Mereoleona era como una bestia salvaje rebosante de maná y energía.
—Vaya, así que después de todo perdí mi tiempo entrenadote —habló en un tono de burla muy notorio— Aún sigues siendo una inútil...
Me quedé un momento en shock al escuchar eso, ¿realmente no había progresado nada en este tiempo? Pero me había esforzado más que cualquiera, estaba segura de que era fuerte, pero... No conseguía ni siquiera darle un golpe, no... No es mi culpa, ella es de la realeza, ella es...
—Julius es un idiota, no entiendo como pudo tener tanta fé en una escoria inservible como tú —se estaba burlando, pero ahora no de mi—
Sentí la ira invadir mi mente ¿Cómo se atrevía a hablar así del buen juicio del señor Julius? Él no se equivocaba, no, bajo ninguna circunstancia. Julius Novachrono era el hombre más sensato, más bueno.
No... No lo permitiría, no permitiría que hablara así de él.
Instantáneamente mi poder mágico aumentó desproporcionadamente, no podía estar más dolida por su comentario. Sentí una especie de adrenalina corriendo por mis venas, impulsivamente corrí a gran velocidad hasta ella, se preparó para golpearme pero desaparecí justo antes de que lo hiciera, para luego aparecer detrás de ella. Esquivo mi ataque, pero en esta ocasión con un poco más de dificultad, mi puño impactó el suelo, ahora siendo yo la que estaba destruyendo el lugar. Escuché su risa desquiciada, seguía intentado golpearme y yo a ella.
—Pero no enojes, no es un secreto que Julius es un inútil —lo dijo para provocarme, pero yo no pensaba claramente en ese momento—
Me enojé aún más, sentí que todo empezó a ir más lento y entonces pasó...
Cuando reaccioné, mi puño estaba en su cara, pude apreciar su orgullosa sonrisa durante una fracción de segundo, antes de mandarla a volar lejos de ahí.
Entonces mi ira desapareció y me invadió el mismo terror que me provocaba desobedecer alguna de sus ordenes, seguramente ahora querría matarme.Entré en pánico de tal manera que hasta mi poder mágico disminuyó a la velocidad de la luz.
—Maldición... Estoy muerta —dije para mi misma—
Pensé que vendría a mi con todo a darme una buena paliza, pero no, solo la escuché reírse mientras se acercaba lentamente a mi.
—Bien hecho, mocosa —me dedicó una sonrisa llena de satisfacción— Creo que ya estas lista para volver a la capital.
Mi expresión era de confusión, molestia e incredulidad. ¿Había hecho todo este show solo para eso?
—¿Qué? ¿Acaso no piensas decir nada? —frunció el sueño y me tensé—
—¡¡Gracias, señorita Mereoleona!! —dije con emoción pero en un tono que denotaba respeto—
—Ve a buscar a ese tonto gato tuyo, creo que lo aplastó una roca —dijo empezando a caminar—
Me quedé helada, al parecer era una broma... O quizá no. Nunca sabía que esperar de ella.
Inmediatamente fui a buscar a mi regordete gato, afortunadamente se encontraba bien, caminando como si nada con un ratón de campo en su pequeño hocico. Negué con la cabeza, pero agradecí que estuviera bien. Ahora solo me restaba ir a tomar un baño por ahí y alistarme para el viaje de regreso a la capital del reino del Trébol.
No podía esperar por volver, digo, me gustaba la vida que llevaba con Mereoleona, pero debo admitir que extraño un poco mi hogar...
××××××××××××××××××××××××××××××××
Último entrenamiento con Mereoleona
Nada más agregar, que a partir de aquí voy a meter otros personajes que no pertenecen a la serie
También estuve pensando en lo que pasa con Morgen y... No sé si apegarme al canon de la serie.
Y gracias por leer :D
ESTÁS LEYENDO
Nacht Faust - Entre Sangre y Sombras (Black Clover)
FantasíaEn este fic se presentan algunas vivencias del oc "Deirieri" junto a Yami y Nacht desde temprana edad. (Puede o no apegarse al canon de la obra original) Basada en el anime y manga de Black Clover, todos los personajes pertenecen a Yuki Tabata, a ex...