Capítulo XXIV - Pasado que resolver

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Temía que ya se hubiese lanzado a la zona de magia cuantiosa a investigar por su cuenta. Así que me fui lo más rápido que pude a buscarlo.
Pero no fue así, estaba sentado en una roca, no muy lejos de nuestro destino. Me acerqué a él, al notar mi presencia se puso de pie y me miró.

—No te tardaste nada —sonrió— Creí que te quedarías un buen rato con los niños.

—La misión es primero —dije con seguridad, pero en un tono amable—

Sonrió y me extendió algo que tenía en la mano.

—Mira, encontré esta flor mientras revisaba los alrededores —la tomé mientras observaba la flor con asombro— Nunca había visto nada igual.

—Es una higanbana blanca —sonreí— Es hermosa, muy rara, somos afortunados de poder haber encintado algo tan poco común.

—Si, se ve que es bastante especial —me miró— nunca había oído hablar de esta flor.

—Oh pues, es porque es muy rara y solo crece en zonas como esta —dije con naturalidad—

—Veo que sabes mucho sobre ella ¿Te importaría contarme un poco más? —pidió dulcemente y yo asentí—

—Esta flor es mejor conocida como "flor del infierno". Según los libros de historia, se le solía asociar con la muerte pues, es altamente venenosa. Sin embargo, esta belleza letal tiene un impresionante poder curativo, claro, si se sabe preparar. —me miraban atentamente— Por supuesto, esta es aún más rara, pues las comunes son de un intenso color rojo, de esas es de donde saco mi poción curativa de higanbanas.

—Eso es impresionate, Deirieri —seguía sonriendo— Ahora que lo recuerdo, creo que mi hermano me comentó algo sobre eso.

—Ah... —no había pensado en Nacht en todo el día— Si, la utilicé con él una vez. —Intenté cambiar de tema— Entonces, ¿revisamos los alrededores?

—Descuida, ya me encargué de eso, talves deberíamos entrar a explorar la masmorra ahora —empezó a caminar pero lo detuve—

—No, es un lugar peligroso que debilita el maná y no quiero que.. —me interrumpió—

—No te preocupes, tengo un hechizo para eso —dijo con amabilidad y sacó su grimorio— "Magia de luz: Luz protectora" —dijo y una intensa luz lo cubrió—

—Vaya... —me sorprendí— Tu magia de luz es hermosa —me sonrió—

—Tu magia de sangre también lo es, aunque nunca te he visto hacer algún hechizo —le sonreí—

Decidimos entrar a la zona cuantiosa de maná. Era tal y como la recordaba, ahora habían muchas más flores que la última vez. Morgen las miraba con asombro. Corté una y se la di, pues él me había dado una de color blanco hace un momento. Seguimos caminando en busca de la masmorra, claro que al salir de ahí iba a cortar varias para hacer mi poción.
Después de caminar un buen rato, llegamos, sin duda me traía malos recuerdos ese lugar, al parecer Morgen notó mi incomodidad pues puso su mano sobre mi hombro y me sonrió. Me calmé y entramos. Nada había sido removido, había mucho oro y joyas, inmediatamente empezamos a documentar todo lo que había en el lugar, para que pudieran enviar a otros magos a recuperar lo encontrado. El lugar no estaba lleno de magia de trampas como comúnmente una masmorra está.

Deduje que las trampas de ese lugar habían sido activadas cuando estuve antes ahí, así que seguimos explorando.

Vi que el cuadro de la otra vez seguía ahí, ahora si me veía igual que la mujer de la pintura, a excepción del color de ojos y de cabello. Solo que había un detalle que esa vez no noté por todo lo que ocurrió, la mujer estaba sentada junto a otra figura que parecía ser de un hombre, pero a este no se le veía el rostro. Lo más curioso era que llevaba un colgante idéntico al mio... Morgen también vió la pintura y se sorprendió por el parecido que tenía conmigo la mujer que estaba retratada ahí.

Nacht Faust - Entre Sangre y Sombras (Black Clover) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora