Capítulo XXIII - Aldea Hage

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Los siguientes días pasaron normales, el capitán Julius no me había asignado misiones importantes y eso me frustraba bastante. Encontrar mascotas perdidas, custodiar algunas aldeas, cazar jabalís salvajes que se salían de control, generalmente iba sola o con Morgen y Yami, este último quejándose siempre del nivel tan bajo de los trabajos que debíamos hacer. Morgen por otro lado, siempre los aceptaba con una sonrisa en su rostro. De todas formas, tenía que estar cerca de mi para orientarme sobre el desempeño que debía demostrar en la orden, el capitán lo había asignado como mi supervisor o algo así.

Pero antes de cumplir el mes como miembro de los ciervos ceniza, por fin haría una misión importante.

-¿Volver a la frontera con la Pica? -dudé- ¿Está seguro?

-Claro que si, había una masmorra ahí, y desde entonces quisimos enviar a alguien a investigarla, pero pues, nadie resiste estar mucho tiempo ahí -parecía seguro de su decisión- Y ya que tú mostraste nula dificultad para moverte en ese lugar, creo que serás la indicada para esta misión.

-Si señor, no lo defraudaré -llevé mi mano al pecho haciendo el saludo de los caballeros mágicos-

-Pero aunque confío en ti -siguió sonriendo- enviaré a alguien contigo.

-capitán Julius, creo que esto debo hacerlo sola, yo... -no me dejó continuar-

-Tranquila, es un recluta muy capaz, además nunca está demás un poco de compañía ¿no te parece? -lo miré con un poco de confusión- Morgen irá contigo.

-Bueno... Supongo que está bien -dudé un poco-

-Perfecto, él ya está al tanto de la misión y de todo lo que eso implica -bajé un poco la mirada- Pero no te preocupes, esta vez no sucederá nada ¿verdad?

-No, me aseguraré de que esta misión sea un éxito -asintió y yo salí de ahí para buscar a Morgen-

Lo busqué por la base hasta que lo vi conversar con Yami en la entrada de la base. Le expliqué la misión y fuimos a alistarnos para salir, solo acomode mi ropa, mi capa y encima de esta mi manto de los ciervos ceniza, até mi cinturón en el cuál llevaba mi grimorio, tomé algo de dinero y salí de mi habitación, bajé y Morgen ya me estaba esperando.

-¿Estás lista? -me sonrió-

-Así es, vámonos ya -dije en tono amable-

Fuimos a buscar a uno de nuestros compañeros el cuál poseía magia espacial para que nos acercara a la frontera, pues ésta estaba bastante lejos, ya que no podía acercarnos demasiado por las cantidades de maná en descontrol de la zona, nos dejó en una aldea la cuál estaba bastante cerca de ahí.

-Mira... La calavera del demonio -mi expresión era de sorpresa- Pensé que era solo una historia.

Morgen solo me miró mientras sonreía, noté qué me estaba mirando y lo miré también.

-¿Qué pasa? -le sonreí-

-Nada, la expresión de tu rostro cuando algo te sorprende o te gusta es adorable -habló en un tono amable sin dejar de sonreír-

No supe que contestarle, solo sentí como mi rostro se calentaba, pero él no lo notó pues empezó a caminar con la aldea.

-La aldea Hage, perteneciente a la región olvidada -miró los alrededores mientras yo lo seguía- parece un lugar bastante tranquilo ¿no crees?

-Si.. El clima aquí es bastante fresco -caminó un poco más despacio para que caminaramos juntos-

-Siempre estás muy callada conmigo ¿Acaso he hecho algo que te incomode? -esa pregunta me tomó por sorpresa-

-¿Qué? No, en lo absoluto, creo que eres una persona bastante agradable, Morgen -respondí con sinceridad-

-Que alivio -sonrió- Aún así, me gustaría que hablaras más conmigo, ya sabes, después de todo somos compañeros y pasamos la mayor parte del tiempo juntos.

-Lo siento... Es solo que, no sé que decir... -me avergoncé, en efecto, no sabía de qué hablar con él, no estaba acostumbrada a tratar con personas tan amables como él-

-Bueno... Ya sé, cuéntame sobre algo que te apasione, algún pasatiempo o algo así -dudé un momento pues no creo que le interese saber, pero dadas las circunstancias, decidí contarle-

-Cuando no hay nada que hacer, me gusta estudiar un poco de medicina, últimamente me he dado a la tarea de investigar la magia -me miró sin quitar su sonrisa-

-Eso es maravilloso -me sorprendí- ¿Quieres contarme sobre tu investigación?

¿Podría existir un ser más bueno que Morgen? Lo dudo.
Era mi oportunidad de hablar sobre lo que me gustaba y no la iba a desperdiciar. Me escuchó atentamente sobre los maravillosos hechizos que resultaban al combinar otros tipos de magia con la magia de sangre. Le comenté que estaba trabajando en un hechizo para conseguirlo pero ya qué nadie se quería prestar para probarlo aún no sabía si funcionaba.
Él, muy amablemente se ofreció para ayudarme. Pasamos durante todo el camino conversando de forma muy animada, tanto que ni nos dimos cuenta de las miradas de la gente de la aldea.

Después de caminar un buen rato, llegamos a las afueras de la aldea, donde se encontraba una vieja iglesia.
Había un par de niños tendiendo ropa afuera, uno de ellos parecía bastante hiperactivo y el otro bastante tímido.

Me llamaron la atención, me dio mucha curiosidad y al parecer Morgen lo notó.

-¿Te agradan los niños? -me sonrió-

-En realidad, esos dos parecen muy peculiares -al parecer él también lo tonó-

-El de cabello negro parece tener una enorme cantidad de poder mágico -Asentí-

-El otro parece no tener nada... -me intrigó mucho esto- nunca había visto algo así.

Al parecer ambos notaron que los estábamos viendo. El de pelo negro se quedó quieto, pero el otro se acercó gritando.

-¿¡Quienes son ustedes!? -el de pelo grisaceo se acercó, pero luego puso una expresión de emoción- ¡No te creo, son caballeros mágicos!

Le sonreí de forma nerviosa, Morgen por otro lado, se mostró muy amable.

-¡Yuno! ¡Ven a ver! -Dios, ¿como salía de ahí ahora? -

El de cabello azabache solo se quedó en la entrada de la iglesia observandonos con timidez. Luego salió una monja a revisar por qué el otro niño gritaba tanto.

-Asta, ¿qué pasa? -nos miró- Oh, buenos días, caballeros mágicos. -hizo una pequeña reverencia a manera de respeto-

Nosotros le devolvimos el saludo de forma amable.

-¡Hermana Lily! ¡Mire! ¡Algún día yo también me convertiré en caballero mágico antes de ser Rey Mago y entonces usted se casará conmigo! -¿qué dijo?-

-Disculpenlo, por favor -dijo luego de lanzarle un hechizo y dejándonos con una expresión de terror, al menos a mi- ¿Qué hacen por estos lares? ¿Sucede algo malo?

-No, solo vinimos a realizar una misión cerca de la frontera, estamos aquí de paso -dijo Morgen siendo muy amable-

-Y ya nos vamos -llamé su atención mientras sonreía- Tengan un lindo día.

Seguí mi camino y Morgen me siguió, pude escuchar al niño llamado Asta que seguía insistiendo a la hermana Lily que se casara con él, pero también sentí una mirada sobre mi. Me giré y vi que el pequeño Yuno me miraba fijamente, pero cuando se dió cuenta de que lo descubrí, se avergonzó y se escondió.

-Quizá, al terminar la misión, podamos pasar por aquí de nuevo -sonreí-

-No parece mala idea, al parecer esos niños te despertaron un poco de curiosidad -habló mientras caminaba a mi lado-

Nacht Faust - Entre Sangre y Sombras (Black Clover) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora