Nacht Faust - Entre Sangre y Sombras (Black Clover)

Capítulo XXVIII - ¿Celos?

Nadie habló del incidente en la frontera con el Diamante, yo ni siquiera recordaba qué me había sucedido, pero podía notar al señor Julius observandome de vez en cuando.

El tiempo pasaba con regularidad, poco a poco Bram se fue acostumbrando a ser un caballero mágico del Trébol, aún así no se llevaba bien con nadie que no fuese yo. Dazz parecía odiarlo, pues huía de él o lo mordía cuando yo intentaba hacer que Bram lo cargara. Con Yami era peor, parecían odiarse y bueno, es comprensible después de que casi lo mata. Morgen en cambio, siempre trató de ser amable con él, aunque Bram le ponía siempre mala cara. A mi me enojaba ese comportamiento, por lo tanto le exigía que no lo ignorara, porque vamos, Morgen es mi niño, el ser más puro e inocente del universo, junto a William, claro. William era un nuevo amigo que había hecho dentro de la orden, siempre traía puesta una máscara qué cubría la mitad de su rostro, pero era muy bondadoso y amable, no pasó mucho para que nos volviéramos amigos. También obligué a Bram a que cruzara palabras con él, y siempre hacia lo que yo le pedía, sorprendentemente. Claro que pese a ser amigos, William y yo no éramos tan cercanos, pues nos habían dividido en escuadrones y no estábamos en el mismo, William era el líder de su propio escuadrón, en cambio del mio, era Morgen, estando compuesto por él, Yami y yo, y ahora nos había unido Bram, pues yo me hice responsable por él.

Después del primer mes, por fin empezó a dejar de ignorar a Morgen sin que yo se lo pidiera, ese era ya un gran avance. Al final, el capitán Julius dividió nuestro escuadrón a la mitad, dejando a Yami con Morgen y a mi con Bram. Aún así Morgen y yo ya éramos muy cercanos, quizá podría considerarlo mi mejor amigo.

En cierta ocasión, en nuestro día libre, Morgen me propuso ayudarme con el hechizo que le había comentado, de unir nuestro maná para crear un hechizo combinado, yo acepté con gusto por supuesto. Y pasamos el día intentando lograrlo, todo bajo la atenta mirada de Bram, que por alguna razón nunca me dejaba sola durante el día.
Hasta que por fin, nos salió. Habíamos logrado combinar nuestro maná pero no de una forma perfecta. Aún así, ya era un gran logro.

Después de esos dos meses, Bram y yo, así como Yami y Morgen, y por supuesto, William y su escuadrón, habíamos logrado destacar en la orden, principalmente gracias a nosotros la orden de los ciervos ceniza había logrado un total de 89 estrellas ese año. Y por supuesto, este logro iba a ser anunciado en el festival anual de las estrellas. El día en que se anunciaba cuantas estrellas había logrado reunir cada una de las órdenes de caballeros mágicos.

-¿Piensas ir con tu ropa habitual? -me miró Bram, quién estaba sentado en mi cama-

-¿Qué pasa, su majestad? ¿No le agrada como se viste una plebeya? -le lancé una mirada de enojo-

-Realmente no me importa si quieres usar una cortina para el diario -se recostó y miró al techo- Pero es un evento importante, por lo menos podrías usar un vestido por una vez.

-¿Un vestido? -realmente no usaba vestido desde los nueve años, y realmente me sentía más cómoda con la ropa que usaba- No veo por qué debería, así estoy bien.

-Ya veo, le tienes miedo a los vestidos -cerró sus ojos, pero luego los abrió y me miró con una expresión de burla- La gran Deirieri le teme a vestirse como una mujer, quién lo diría.

-¿Qué pasa? ¿Quieres morir? -mi semblante y mi voz se volvieron sombríos-

-Solo digo, o bueno, quizá sea verdad -logró su objetivo, caí en su juego de provocación-

-Yo no le temo a nada, principito -me crucé de brazos y lo miré-

-Entonces demuéstralo, ve y compra ropa de mujer para ir al festival -sonrió retandome-

-Pues claro que lo voy a hacer -cuando me di cuenta ya había aceptado cambiar de opinión-

-Vaya, eso fue muy fácil -se levantó- Pero asumo que no sabes nada acerca ropa para eventos como este.