Capítulo XXXII - Mi Luz

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Es terrible tener que enfermarse, es ridículo tratándose de mi, se supone que mi resistencia es sobrehumana y ahora una gripa había venido a postrarme en cama.
Odiaba tener que estar enferma, pues Bram era enviado solo a las misiones o acompañado de Yami, y no es un secreto que no se llevan precisamente bien.
Pero se preguntarán ¿Por qué no era enviado con Morgen en su lugar? Fácil, Julius estaba loco, y pues... Morgen se hizo cargo de cuidarme.
Si, realmente este chico es una luz en todos los sentidos de la palabra. Desde hace dos días, había estado dándome de comer, tomándome la temperatura y velando porque no decidiera escapar.

—Hermano, ya te dije que no puedes entrar, Deirieri está descansando —lo escuché decir en la puerta de mi habitación—

—¡Morgen dejame pasar! —Habló un exasperado Nacht—

A duras penas me levanté para ir a ver que pasaba. Me dirigí a la puerta y la abrí, dejando frente a mi la imagen de Morgen, cargando en su hombro a Nacht tratando de sacarlo de ahí.

—¿Qué sucede? —dije tallandome los ojos—

—¡Deirieri! —dijeron los dos al mismo tiempo—

Nacht intentó bajarse y se cayó de golpe pues Morgen no lo detuvo.

—Deirieri, vuelve a la cama, ya te dije que debes descansar —me tomó suavemente del brazo para ayudarme a caminar de vuelta a la cama—

—Deiry, te ves terrible —Morgen lo miró de una forma que causaba escalofríos— E-eh...

—Estoy bien... Pero Morgen y el señor Julius insisten que me estoy muriendo —dije recostandome en la cama de nuevo—

—No quiero más protestas, quedate aquí y no te levantes más hasta que te recuperes —sentenció—

—Será mejor que le hagas caso, o se pondrá intenso —rió Nacht—

—Te comportas igual que Nacht —me miró— cuando era niño y se enfermaba... —Nacht palideció—

—¡Morgen no digas más! —se alteró pero a mi me dió curiosidad—

—Morgen, sigue por favor —me miró con molestia el de cabello claro—

—Pues yo lo cuidaba, le daba de comer con una cuchara la sopa que yo mismo le hacía, la misma que te he estado dando, y pues siempre decía que estaba bien y hacía un berrinche porque no lo dejaba ir —dijo con mucha naturalidad mientras sonreía—

—¡Morgen! Eso es falso —se cruzó de brazos—

Yo empecé a reír, pues me hice una imagen mental bastante adorable, pero estaba algo débil, así que mi risa se detuvo cuando la cabeza me empezó a dar vueltas y mi corazón se aceleró.

—¿Deirieri? —dijo Morgen poniendo su mano en mi frente— La fiebre está alta.

Dijo mientras seguía sentado al borde de la cama. Nacht solo me miraba con preocupación.

—Deirieri, quizá si deberías descansar —se acercó un poco a mi—

—No quiero, mejor hagamos algo, estoy harta de dormir —dije reincorporandome— Además, seguro estaría mucho mejor si me dejaran hacer una poción o usar mi magia de recuperación.

—Owen dijo que debías recuperarte sin magia, porque sino tu cuerpo se volvería débil y tus defensas sucumbirían ante cualquier enfermedad —sentenció Morgen—

Yo solo suspiré con cansancio y me quedé mirando al techo.

—Hermano, ya que estás aquí, cuidala un momento mientras voy a traer un trapo húmedo —no espero siquiera a que Nacht respondiera y se marchó—

Nacht Faust - Entre Sangre y Sombras (Black Clover) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora