XVI

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Mis padres me desearon un feliz día después de cerciorar que los parches en mi cuello y muñecas estaban bien colocados, al momento que fueron puestos pude sentir un ligero mareo y dolor de cabeza

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Mis padres me desearon un feliz día después de cerciorar que los parches en mi cuello y muñecas estaban bien colocados, al momento que fueron puestos pude sentir un ligero mareo y dolor de cabeza.

Estaba fatigado.

Era como si te retuvieran para ser tu mismo y, además, gastaban todas tus energías.

Me dieron mi nuevo bento y me enfatizaron que debía de comer todo y evitar consumir en la escuela, para el trayecto también me dieron una botella de jugo de arándano y unos dulces sin azúcar.

Osea que no eran nada.

Nanami me confisco todo mi dinero y con suerte me dio para comprarme otra botella, y me deseo un buen día.

Como si mendigar fuera fácil.

Era lo más cercano a un zombie yendo a la escuela. Todos parecían evitarme y no me miraban más de dos veces.

¿Acaso yo era Gojo Satoru?, no, solo era un Alfa con problemas de feromonas, que estaba mucho más pálido de lo normal, y que apenas se podía mantener de pie.

Este era mi momento menos atractivo.

Lo bueno es que hoy tenia clases aburridas, podría dormir sin problemas y no me perdería de nada.

Cerré mi casillero y me encontré con mi amiga.

- Te ves de la verga, de verdad que esos parches te hacen mal.- Menciono mirando mi rostro, con cuidado me saco mis lentes y se asusto.- ¡Tienes ojeras!, y esos ojos parecen que sea de agua sucia.

- No me lo recuerdes, que parece que hoy todos me evitan.

- Si lo note, pero no te preocupes, al mes de usar los parches te verás mejor.

- ¡¿Al mes?!

- Si, después te acostumbras, aunque para serte sincera tus feromonas son de cortejo, obviamente te sentirás mal si al Omega que le coqueteas no te hace caso.

- No le coqueteo a nadie.- Dije algo ofendido, ¿no se supone que debería ser consciente cuando quiero algo con alguien?

- Mm, dile eso a tus feromonas, créeme que te sentirás mejor si aceptas todo lo que tu cuerpo dice, y este dice que le coqueteas a alguien.

- Y ahora le robas el trabajo al consejero.

- Solo para ratas ciegas y con problemas amorosos.

- Deberías de aplicarlo en ti. Tus ojos dicen cojeme.- Dije con burla al darle un codazo amigable en su costado.

- ¡Con Haibara solo somos amigos!- Se excuso con la mejillas rosadas.

- Ow, yo no dije nombre.

- I-idiota.

Y ver a mi amiga de tonos rojos fue la mejor alegría que tuve.

Y ver a mi amiga de tonos rojos fue la mejor alegría que tuve

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Estaba frío, era una paleta congelada y me sentía mareado.

Lo bueno es que era hora de almuerzo. Lo malo es que parecía comida de enfermo.

Suguru parecía ignorarme y no entendía muy bien a qué se debía. Una loca teoría es que se sentía avergonzado por su patética confesión, quizás el Omega era alérgico a los chocolates y sólo lo intentaste de matar, o bien el Alfa era tan feo que lo espanto.

Como sea, no vi a mi amigo en todo el día y Shoko fue a comer con sus compañeros de enfermería, así que estaba solo.

O bueno, yo quería eso, pero el destino no y siempre hace que me cruce con el Omega rosado.

Aunque quizás no sea tan malo, la verdad necesita recostarme solo por un ratito.

Vi al Omega saludar, pero mi vista se comenzó a volver borrosa, creo que lo escuché llamarme y después lo vi tirar su mochila y correr hacia mi. Espere a que mi cabeza chocará con el césped, pero no fue así.

Antes de poder caer en un sueño, pude sentir una cálidas y suaves manos en mi rostro, después me encontraba en la almohada más cómoda que haya existido, junto con un suave masaje en mis cabellos, finalmente apareció la voz más melodiosa que mis oídos hayan escuchado.

Era perfecto.

Me gustaría quedarme aquí para siempre, ya que parece que no sufría mareos, vómitos y mi piel estaba cálida. Era como volver a estar bien.

Cuando comencé a despertar, estaba mucho mejor. Quizás lo que necesitaba era dormir una buena siesta, pasé mis manos por mi cuello y cuando tuve contacto con la zona donde debería de estar el parche, este no estaba.

Del susto me levante, revise mis muñecas y tampoco estaban.

- Oh, Gojo-sempai, que bueno que despertó, me preocupe cuando cayó desmayado.- Dijo el Omega al verme sentado.

- ¿Dónde están los parches?- Murmure asustado. Ahora si mi papá me matara, no viviré para contarlo.

- Se los quite, los parches de feromonas no le hacen bien a su salud, solo tienen efecto si tiene problemas de desequilibrio o en un celo muy potente, pero Gojo-sempai esta bien. Sus feromonas huelen a estable y es agradable. Le pregunté a mi abuelo que fue enfermero y me confirmó lo que sabía.

- ¿Solo los quitaste y ya?

- Si, estaba muy frío y temía que no le hiciera bien, tengo un chocolate para que coma y se sienta mejor.

- ¿Estuviste aquí todo el descanso?- Pregunte viendo de donde sacaba el chocolate, al menos puedo estar seguro que no eran los del rechazo de Suguru.

- Si, no podía dejarlo aquí solo, quería llamar a Geto-sempai pero ignora mis llamadas y no quería irme sin antes preguntarle algo.- Tras decir lo último parecía que su valentía se había esfumado.

- ¿Necesitas ayuda con cálculo?- Pregunte acercándo mi mochila y ver el jugo que aun tenia. Lo vi negarse y los colores comenzaron a subirse.- ¿Tienes problemas con otra clase?- Volvió a negarse.- ¿Qué es?

- Gojo-Sempai, ¿Le gustaría salir conmigo este fin de semana?, como una cita.

Y mis colores también subieron.

Omega marcado. |GoYuu, Omegaverse|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora