XXXVI

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Era la clase de gimnasia y yo tenia papeles para justificar mi inasistencia en las actividades, por lo que me quedaría en la banca mientras comía y veía a los babosos correr y cansarse

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Era la clase de gimnasia y yo tenia papeles para justificar mi inasistencia en las actividades, por lo que me quedaría en la banca mientras comía y veía a los babosos correr y cansarse.

- Satoru, me alegra verte mejor, estaba preocupado por mi mejor amigo.- Dijo alguien a mis espaldas.

- Soy Gojo para todos.- Mencione sintiéndome algo incómodo por la forma tan libre que tenia esta persona para referirse a mi.

Gire la vista y vi a Geto Suguru, el raro de los aros, y una de las personas que nombro el medico en mi test de Kahoot.

Verlo me hacía odiarlo.

No recordaba nada y él era otra persona que prácticamente me conocía y no decía nada, era un recuerdo latente y molesto.

Ignore al otro Alfa y bebí de mi jugo en cajita con lentitud, después fije mi vista en los estudiantes haciendo diferentes actividades.

¡Y casi me ahogaba!

¡¿Ese era el Omega?!

¡¿Con ropa de gimnasia de verano?!, estamos en Otoño, mierda.

- Linda vista, ¿verdad?- Dijo burlón mirando a la misma dirección que yo.

- ¡¿Tu que haces de mirón?!, ¡sácate los ojos!- Pedí inútilmente mientras me ganaba frente a él para cubrir todo lo posible.

- Ah, eso me trae recuerdos, estas igual de celoso cuando alguien veía a Itadori-kun.- Menciono sin apartar la vista.- ¿Sabes que me declare a él?

¡Traición!

- ¡Hijo de la desgraciada!

- Tranquilo, ya lo supere, nadie puede ganarle al gran Gojo Satoru, ¿verdad?- Y me guiño el ojo para después salir de mi campo de visión.

En toda la hora no podía dejar de mirar a cierto Omega que llamaba demasiado mi atención, en algunas ocasiones se percataba de mi mirada y solamente atinaba a sonreírme con ternura creando una nueva y agradable sensación en el pecho.

Pero eso se quito al saber que todo el mundo podía verlo, en especial ese tonto Alfa pelinegro.

Cuando la clase termino camine hasta el Omega, debía hablar con él.

- ¡Tú tienes que venir conmigo ahora!

- ¿Gojo-sempai?, ¿necesita algo?- Pregunto amablemente dejándose arrastrar fácilmente. 

- Si, que te pongas ropa acorde al tiempo, me darás un infarto y tu te puedes enfermar.- Dije entrando a los vestidores de mi salón, apenas puse un pie dentro, la gran mayoría de las personas que estaban ahí comenzaron a salir.

- Ah, siento mucho eso, Choso-nii se retraso con el pedido del uniforme de invierno, pero no será por mucho tiempo.

- No tienes que disculparte por eso, ahora...- De mi casillero saque una polera de gimnasia mía limpia, una chaqueta y unos pantalones.- Levanta tus brazos.- Pedí amablemente, el Omega lo hizo sin rechistar y, después de cerciorarme que nadie estuviera viendo, le quite la polera que traía el Omega.

- ¡Sempai!- Por reflejo se cubrió su pecho denudo y yo rápidamente le coloque la polera mía, él termino el trabajo dejándome ver a un tierno enano con una prenda muy grande, pero esta cumplía muy bien con su función, cubrir sus piernas. No era tanto, pero me sentía satisfecho.

- Quédatela y ponte la chaqueta también, pero los pantalones creo que es demasiado.

- Gracias por preocuparse de mi, sempai.

Bah.

Ya era la hora de la salida y yo caminaba a mi ritmo

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Ya era la hora de la salida y yo caminaba a mi ritmo.

Pasito de tortuga.

Al menos así me evitaba los extensos grupos de personas que se peleaban por "quien saldrá primero".

Fuera de la institución estaba mi vehículo esperando por mi.

Como era costumbre, algunas parejas estaban en la salida esperando irse juntos, y dos de ellos llamó mi atención, pero para mal.

El idiota de Geto y mi Omega estaban juntos. No quería suponer nada, pero se me hacia que el idiota de pelo de carbón quería acompañar a Yuji a su casa.

Y no lo iba a dejar salirse con la suya.

Aun tengo muy en cuenta sus palabras en hora de clases.

Así que me acerque a la pareja y aclare mi garganta de la forma mas ruidosa posible.

- Oh, sempai, ¿no se ha ido aún?, no lo encontré en su salón para despedirnos así que supuse que ya no se encontraba aquí.

- Mm, en eso estaba,¿y tu que haces aquí?- Pregunte mirando al Alfa.

- Yo estaba por acompañar a Itadori-kun a su casa, ¿hay problema en eso?

- Si, pero no te preocupes, puedo llevar a mi Omega a su casa, así que tus servicios no son necesarios.

- Satoru, solo le hacía un favor de amigos. No tienes por qué ponerte todo celoso, nisiquiera tienes recuerdos de Itadori-kun así que...

- No me importa, para estas altura me da igual recordar lo que fui hace unos meses, pero de lo que si estoy completamente seguro es que mis instintos dicen que él es mi Omega, y si es necesario volver a enamorarme lo haré las veces que sean necesarias.- Dije sin apartar la vista del pelinegro.- Así que, mis celos son justificables ya que me molesta que lo intentes coquetear cuando claramente tiene una gargantilla de cortejo.

- Sempai...

- Ven Yuji, te llevare a tu casa y será así todos los días.- Lo tome de su mano y la guíe hasta el auto donde nos esperaba Ijichi. El rostro sonrojado del Omega hizo que me sintiera muy satisfecho por su reacción.

Me sentía bien.

- Oh, ¿llevaremos a Itadori-kun a su casa?- Pregunto Ijichi una vez que nos abrió la puerta.

- Si, ¿esto era común?- Pregunte pensando en las cosas que habremos echo en nuestra relación.

- Así es, Gojo-san, y me alegra saber que sus sentimientos aún están ahí.

Sus palabras me hicieron pensar en lo asombroso que puede ser el simple echo de tener a alguien incondicionalmente a tu lado.

Y para mi ese ya era Itadori Yuji.

Omega marcado. |GoYuu, Omegaverse|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora