XXXIII

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Me movieron a una habitación que estaba mucho mejor, ahora tenia una televisión con canales de streaming, un armario, una cama superior grande y una enfermera personal

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Me movieron a una habitación que estaba mucho mejor, ahora tenia una televisión con canales de streaming, un armario, una cama superior grande y una enfermera personal. Tenía libertad de recibir visitas, aunque nadie venga, además de Internet gratis.

Una vida de lujos para cualquiera que haya tenido un accidente.

Mi pierna y brazo aun seguían siendo inútiles, por lo que lo único que podía hacer era ver televisión y hablar con Utahime por mensajes, ella había dicho que me visitaría en unos días más, así que debía esperar.

La enfermera chequeo mis signos y suministro algún relajante para el dolor en mi abdomen.

Después de eso entro Ijichi que, por ahora, estaba haciendo el trabajo de Nanami hasta que se recupere.

- Gojo-san, tiene una visita.- Informo. Yo separe mi vista del celular y, la persona que menos esperaba entraba.

- Gojo...- Mascullo con cierto desagrado.

- Ow~, Megumi-chan vienes a verme, ya sabía que estrañabas a tu sempai~.- Mencione algo feliz de ver una cara conocida, aunque sea la de Megumi.

- Ugh, esperaba que no te acordaras de mi.- Susurro. Pude escucharlo perfectamente y eso me hace preguntar, ¿a cuantas personas habré olvidado?

Espero que no sea nada importante porque me aburre dar explicaciones, además de que mi estado estaba limitado a algunas personas, no pensé que Megumi seria uno de ellos.

Se acercó hasta mi cama y se sentó en uno de los sillones del lugar.

- No estoy aquí por gusto, pero vine a dejarte algo.- De su bolso saco un bento que estaba envuelto en una tela, lo dejo en la mesita que tenia cerca, además de un batido de fruta perfectamente sellado.- El que te lo envía dice que tengas una mejoría exitosa y que espera verte de nuevo en la escuela.

- Ow, ¿y quien es?- Pregunte interesado, si tubo la amabilidad de hacer esto por mi, al menos debería de agradecerle en persona.

- Tch, ¡yo que sé!, quizás sea algún Omega de tu club de fans.- Dijo desviando la mirada.

Ay, Megumi, nunca fuiste bueno mintiendo, ¿cierto?

- Me tengo que ir, solo venía a dejarte eso y...- Se levantó pero se detuvo antes de salir por la puerta.- Me alegra verte con vida.- Y se fue.

- M-Megumi-chan.- Sus palabras me habían dejado algo impactado, y sentimiento cálido se instalo en mi pecho.

Cuando el peli negro se fue, la enferma me ayudó a acomodarme para comer lo que me habían traído.

Abrí el bento y la primera impresión era que se notaba que estaba hecho por un Omega, era como si todos se pusieran de acuerdo en dejar todo los ingredientes ordenados y que estéticamente se vea bonito.

Habían tres onigiri medianos, seis mini salchichas en forma de pulpos con algo de salsa simulando ser los ojos, dos mini bollos de pollo apanado, un poco de lechuga, zanahoria en forma de estrella y algo de fresas como decoración.

Verlo hizo que me sonará el estómago.

Pero mi mano se detuvo antes de comer, mi mente hizo que quedara en blanco.

Esto me había causado un gran Déjà vu.

Presentía que esto ya había ocurrido, solo que en otro lugar. Sin embargo, no podía recordar exactamente con quién me había sentido así.

Esto era demasiado familiar.

Y lo único que mi cuerpo logró hacer después de esta vacía sensación fue llorar.

Mi pierna no dolía tanto como para moverla y como me aburría estando todo el día en la habitación, le pedí a la enfermera que si me podía mover por la clínica para simplemente pasear

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Mi pierna no dolía tanto como para moverla y como me aburría estando todo el día en la habitación, le pedí a la enfermera que si me podía mover por la clínica para simplemente pasear. Ella me reviso y chequeo que todo estuviera bien para mi viaje, finalmente me ayudo a estar en una silla de ruedas y me puso una manta en mis piernas.

Mi viaje había comenzado yendo a la cafetería, donde terminé comprando un café de chocolate y espuma.

Después pasamos a un gran puente donde pude ver la gran ciudad de Tokio y respirar algo de aire fresco.

Luego, la enfermera decidió llevarme a una área donde iba a realizar mis ejercicios musculares, aquí los pacientes iban a sus sesiones cuando tenían algún accidente, como lo era mi caso.

Entramos y, literalmente, era un gimnasio exclusivo.

Habían algunas personas practicando ejercicios de piernas, brazos y otros tenían ayuda especial.

Mire todo sin ninguna emoción, pero mi mente dio un zumbido al ver de espalda a un Alfa de cabellera de un color peculiar.

Algo dentro de mi me decía que era familiar.

Pedí que me acercara y aclare mi garganta cuando estuvo cerca de él.

- ¿Te conozco?- Pregunte al chico cundo me tomo atención.- Mi cabeza dice que me eres familiar.- Mencione mirando al chico de cabellos rosados.

- Ah, ¿si?- Pregunto indiferente.

- Si, ¿cual es tu nombre?- Pregunte curioso.

- Sukuna.

- Ah.

Que horrible nombre. Sus padres deben odiarlo.

- Soy Gojo Satoru, ¿te suena de algo?

- No, así que piérdete, rata albina.

Pff, que falta de modales.

Omega marcado. |GoYuu, Omegaverse|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora