Omega marcado. |GoYuu, Omegaverse|

XLVII

- Y, ¿Cómo te fue con Yuji-kun?- Pregunto Suguru al día siguiente en la escuela.

- ¿Tú como crees que me fue?- Pregunte con el ceño fruncido y sin muchos ánimos.

- ¿Bien?, ¿al menos pudiste verlo?, porque planeo poner "experto encontrando gente" en mi curriculum.

- Si, si lo vi, también a su abuelo, pero ocurrió un problema.- Mencione dando sorbos a mi chocolate caliente.

- ¡Cuenta, necesito el chisme...!- Dijo con una sonrisa mientras se acomodaba para escuchar mi lamentable historia a lo "Rapunzel".- Entonces, ¡¿harás un golpe de estado?!, apoyo la moción, iré por mis carteles y le diré a Shoko que traiga la hierba, ya es hora de que la legalicen...

- ¡No!, aun no es tiempo para eso.- Dije deteniendo a mi amigo.- Necesito un plan, uno bueno.

- Pero, tu eres lo suficientemente poderoso como para pararte en la oficina de tu abuelo y obligarle a hacer las cosas.

- No es tan fácil, prácticamente podrían encerrarme o, tal vez, enviarme a otro país, aun soy menor de edad y eso dificultaría las cosas.

- Pero lo que le dijiste al abuelo de Yuji-kun...

- No fue más que adrenalina, aunque intentará optar por llevar la contra del Emperador, este puede tomar medidas más drásticas, necesito probarle que Yuji es un buen Omega y que nuestra relación es lo correcto para la familia.

- Rayos, y yo que quería ir a protestar, me hace falta quejarme con alguien mayor...

- Llévale la contraria a tu madre.

- ¡Estas loco!, ¿haz visto los zapatos de esa mujer?, esta volviendo a usar los Geta y si me llega a pegar con eso voy a despertar para el día de tu boda.

Bah, que aburrido es Suguru en algunas ocasiones.

La conversación termino ahí, aunque Suguru aún me enviaba esos papelitos que decían: "¿entonces ya no vamos a protestar?", "potesteeemo y así faltamos a clases", "¿yaaaaa?"

Suguru era el amigo castroso que nunca desean tener.

Cuando llegue a casa pedí hablar con Nanami de suma urgencia.

El tema a tratar era mi "testamento".

No de muerte, aún soy muy joven para este mundo. El testamento a tratar es sobre mi palabra, prácticamente es un papel que dice las cosas que se regirán cuando comiencen mis estudios para ascender a Emperador.

Una ley muy sagrada para mi familia.

Y yo me aprovecharé de ella.

Nanami es quien se encarga de hacer validez la palabra y es por eso que he decido colocar; "Cualquier Alfa de la línea principal, será selecto a sus intereses amorosos y tendrá el poder de decidir sobre quien será el más apto para la creación de sucesores".

Osea que si me gusta, la pongo.

Aunque solo me gusta Yuji, y dudaría que girara a ver a alguien más.

Para aprobar esto se requería de mucho tiempo, pero por tratarse de mi y un tema urgente, Nanami aceleró las cosas.

Para el final de la semana, mi nuevo testamento estaba aprobado.

¡Tomen eso, políticos!

Yo debería ser presidente del mundo.

El día viernes no perdí mi tiempo y me fui a la oficina del viejo, no tenia cita, pero nadie me negaría la entrada.

- Satoru, estoy ocupado y no tengo tiempo para tus lloriqueos.- Dijo sin mirarme y firmando unos papeles con rapidez.

- Vengo a negociar, y a exigir el perdón Real a la familia Itadori.- Reclame firme.

- No digas estupideces, ya te dije lo que pasaría con el Ome...

Antes de que pudiera seguir insultando a Yuji, yo lo detuve con un discurso que me aprendí anoche.

A buenas palabras, poco entendedor.

¿O era al revés?

- El lema de los Gojo es "La pureza del clan".- Creo que alguien de la familia vio mucho Harry Potter.- Pero el lema de nuestro imperio es "Primero la familia, después el gobierno". Y basare mis argumentos bajo ese sagrado lema.

Me estoy sacando mis palabras del culo, pero debía funcionar.

- ¿Qué intentas, muchacho?- Pregunto ahora tomando toda su atención en mi.

- Quiero probar que Itadori Yuji es el Omega perfecto para mi, no encontrare a nadie mejor que él para formar una familia, aun por encima de mi apellido.

- ¡¿Quieres formar una familia con ese?!- Reclamo con enojo.

- Ese el cual haces llamar, será el siguiente Omega portador del apellido Gojo. Así es como lo decido.

- ¡No, no puedes...!

- Ya es oficial, bajo mi título, mi nombre y mis propio testamento, esto queda oficial.

- No, no hubo una junta.

- En realidad, Señor Emperador, no es necesario realizar una junta oficial si la presencia el secretario de la familia del Emperador, osea yo. Su mano derecha, su hijo Gojo Ryo. Alguien anexo al clan, en este caso Zenin Yoshio y, por supuesto, el siguiente heredero del puesto del Emperador, Gojo Satoru.

A veces puedo ser muy inteligente si me lo propongo.

En este caso usamos los diferentes puesto de mi familia para legalizar esto.

Nanami se acercó a darle el testamento y quedó sin palabras.

Espero que le haya dado un paro al corazón.

- Ya es legal, por lo que, como dictan en las propias palabras, Gojo Satoru es libre de escoger a quien cree que es apto para el puesto en la familia.

- ¡Y nuestra palabra es sagrada!

- Te esfuerzas mucho por ese Omega.- Mascullo con enojo y desagrado.

- Eso es porque lo amo y haría cualquier cosa por él.

Incluso morir.

Aquí están los Geta, los zapatos de la suegra de medio fandom.