Capítulo XXX

23 1 0
                                    

Sophia 

De algún modo, entre un beso y beso, logramos llegar a su departamento. El ambiente estaba lleno de la electricidad, de nuestras emociones compartidas. Entramos a su lujoso departamento, donde la suavidad de las luces tenues creaba un ambiente cálido y romántico.

Nos quedamos inmóviles, sumidos en la verdad de nuestras confesiones mutuas. El amor, ese sentimiento que yacía latente durante tanto tiempo, emergía ahora con una fuerza abrumadora.

Finalmente, Ethan se acercó y me volvió a besar. Se agachó un poco y me levantó, agarrándome por la cintura. Rodeé su cuerpo con las piernas mientras sujetaba mi espalda con ambos brazos para llevarme a su habitación. Aunque había visto escenas similares en películas y leído descripciones en libros, nada se parecía a lo que estaba viviendo en ese momento.

Con delicadeza, me depositó sobre la cama. Aunque quería seguir en sus brazos, la sensación de encontrarme debajo de él era mucho mejor. Cada movimiento suyo superaba al anterior en términos de sensualidad. Se detuvo un momento, aún sobre mí, deslizando una mirada sensual por todo mi cuerpo hasta detenerse donde terminaba mi vestido. Lo cogió con las manos para subírmelo, y me incorporé para que pudiera pasármelo por la cabeza. Comenzó a tumbarse sobre mí, pero lo detuve poniendo mis manos en su pecho. Me miró confuso, pero inmediatamente tiré de su camisa para que entendiera que ahora le tocaba a él.

Encajamos de un modo tan perfecto que parecía como si estuviéramos hechos a la medida exacta del otro. Su mano izquierda se ajustó a la perfección con la mía cuando colocó su brazo por encima de mi cabeza y lo apoyó en el colchón. Su lengua se fusionó por completo con la mía mientras jugaba con mis labios, como si estuviera diseñada precisamente para besarme de esa forma. Su mano derecha se adaptó a la perfección a mi muslo cuando clavó los dedos en la piel y desplazó el peso de su cuerpo para acoplarlo perfectamente al mío.

No sabía hasta qué punto él consumía mi existencia, pero así me sentía. Todo lo relacionado con nosotros cobraba más sentido cuando estábamos juntos de esa forma. Me hacía sentir más hermosa, más amada, más necesitada... Me sentía completa.

Regresa ConmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora