Sophia
Me dolían los pies por los zapatos de taco alto que estuve determinada a usar. Ben resultó ser un bailarín estupendo y me hizo olvidar el dolor en mi pecho y reír.
—Hacía mucho que no la pasaba tan bien —comentó Ben, mientras tomábamos asiento.
Fruncí el ceño. —¿Tú? ¿El chico que se la pasa de fiesta? No te creo —respondí riendo.
—¡De verdad! Supongo que la compañía tiene mucho que ver —replicó seductor.
—¿Acaso estás coqueteando conmigo? —Mi voz era bromista.
Sonrió de lado. —¿Está funcionando?
—Para nada —contesté aun riendo.
—¡Qué pena! —Su voz era risueña —Haríamos buena pareja.
No pude evitar reírme. —Están muy divertidos ustedes dos —Eva se acercó junto a Stephen.
—Estoy intentando convencerla de que haríamos buena pareja —bromeó Ben.
—¡Dios mío! No te dejes convencer —me previno Eva, bromeando.
Le guiñé un ojo. —No lo haré.
—Una chica inteligente —añadió Stephen.
—¡Hey! Se supone que son mis amigos —les reprochó Ben sin dejar de lado el tono risueño.
—¡Por eso mismo! Te conocemos demasiado bien —respondió entre risas Eva.
—Con amigos así... —Ben rodó los ojos y todos reímos.
—Estábamos por ir a servirnos algo dulce. Eva me comentó que hay unos postres muy tentadores, ¿nos acompañan? —invitó Stephen.
—En realidad, yo ya estoy por retirarme —comenté.
Los tres me miraron como si fuese un bicho raro. —¿Tan pronto? —preguntó Eva.
Asentí. —Estoy muy cansada. Supongo que hace mucho tiempo no salía y esto fuera de estado —bromeé.
—Todos lo estamos —añadió, con voz dulce —. Es la edad —bromeó.
—Hablen por ustedes —dijo Ben —. Yo me siento muy, muy en estado.
—Muy en estado ebrio querrás decir.
—Para nada. Para tu información, solo he bebido algunas copas de champán en toda la noche.
—¡Guau! —dijo Eva sorprendida —Sí que debes gustarle.
—Es lo que he estado intentando hacerle ver toda la noche —le respondió.
No pude evitar ponerme colorada. —Se ve que tus tácticas de conquista no han surtido efecto, porque ya se quiere ir. Seguramente, ¡la aburriste demasiado!
Ben me miró sorprendido. —¡No, no! —me apresuré a decir. Tan rápido que tartamudeé —De verdad, no me aburriste, todo lo contrario, solo estoy cansada.
—Tranquila, solo estaba bromeando —me calmó Eva al notar lo nerviosa que me había puesto.
Solté un suspiro. —¿De verdad ya quieres irte? —consultó Ben.
Asentí. —Estoy muy cansada.
Lució algo decepcionado, pero apartó el sentimiento de inmediato. —Bien, déjame llevarte hasta tu casa.
—No te preocupes. Tomaré un taxi.
—De ninguna manera. Después de todo, eres mi cita. Y yo soy todo un caballero —dijo, orgulloso, sin dejar de sonreír.
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Regresa Conmigo
RomanceÉl rompió su corazón. Sophia no podía dejar de amarlo, pero sabía que nunca podría perdonarlo. Ahora estaba intentando olvidarlo y aprendiendo a vivir de nuevo. Continuando con su vida...hasta que ella descubre la verdad y pone a girar su mundo un...