Arcane - Amor Y Odio

- ¿Celos?

Cuando llegaron a la gran mansión pudieron notar a los Kiramman hablando a fuera con unos amigos cercanos a la familia. Martín se estaciono al frente de ellos, ya que estaban frente a la puerta principal y ella solo pude tragar hondo.

—Caitlyn, querida— dijo Cassandra acercándose a Cait mientras se bajaba del auto.

—Madre— dijo para besarle las dos mejillas.

—¿Viniste sola? Pensé que Jayce te acompañaría— preguntó.

—No vine con...— dijo mientras saludaba a su padre —vine con Vi.

—¿Vi?— Cassandra se quedó asombrada.

Vi bajo del auto y no sabía qué hacer o decir. Rápidamente Tobías fue a abrazar a Vi y esta le devolvió el abrazo.

—Tanto tiempo— dijo dándole palmadas en la espalda mientras la abrazaba.

—Si, mucho— dijo Vi mientras se soltaba del abrazo.

—¿Dónde estuviste todo este tiempo?— preguntó.

—Estuve en prisión.

—¿Prisión?— dijo asombrado. Este le dio una mirada acosadora a Cassandra.

—Bueno entra, hay bebidas.

Todos entraron y por dentro era un mundo. La última vez que Vi había entrado aquí era bastante diferente, tal vez lo remodelaron.

A lo lejos dos chicas desde una barra le hacen señas a Caitlyn. Esta me toma de la mano y me jala hacia allá.

—Chicas, tanto tiempo— dijo Caitlyn sentándose en la barra.

—Si, hace tiempo no nos veíamos— dijo Diana.

—Si no es por tus padres no te vemos, estás muy ocupada siento sheriff— dijo Leona.

—Si, me tomó enserio mi trabajo. Varios me dicen que debería tomar unas vacaciones— dijo mientras pedía una bebida.

—Si, ¿y?— dijo Diana dirigiendo sus ojos hacia Vi disimuladamente para que esta no se diera cuenta.

—¿y?— dijo de nuevo señalando a Vi con la cabeza "disimuladamente".

—Puedo verte— dijo Vi rodeando los ojos.

—Oh, ella es Vi— dijo Caitlyn —Vi, ellas son Diana y Leona.

—Mucho gusto Vi— dijo Leona saludando al igual que Diana.

Las chicas y Caitlyn se alejaron para saludar a todos los que estaban en la fiesta. Vi se quedó en la barra ya que no conocía a nadie.

—Hola— dijo una chica acercándose mirando a Vi de arriba a bajo con una mirada coqueta.

—Hola— dijo secamente.

—Me llamo Ahri, un gusto— dijo estrechándole la mano.

—Me llamo Vi, un gusto también— dijo aceptándole el saludo y sonriendo —un poco de compañía no viene mal— se dijo a sí misma.

—Nunca te había visto antes ¿eres nueva?— dijo acercándose a su odio ya que la música estaba alta.

—Prácticamente si— dijo mientras asentía.

—¿Quieres bailar?— preguntó.

—No soy mucho de bailar, digamos que tengo dos pies izquierdos— dijo riendo terminando su bebida.

—¿Al menos me aceptas un trago?—preguntó.

—Eso sí— le sonrió.

Ahri pagó dos whisky y brindó.