- Para Siempre

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Al día siguiente Evan se fue a quedar a casa de Jayce, dejando a la pelirosa con Caitlyn. La tarde era aburrida, solo se quedaron viendo películas para matar el tiempo.

—Cupcake— preguntó mientras acariciaba su brazo.

—¿mmm?— preguntó casi dormida.

—Me prestas el cel un segundo, tengo que llamar a Kata decirle que no bajare hasta mañana en la noche— le explicó.

—¿No te puedes quedar hasta el lunes por la mañana?— preguntó poniendo ojitos.

—Nop, aparte de que no puedo dejar a Pow con Kata por mucho tiempo porque seguramente entre las dos se asesinen, también tengo trabajo— dijo acariciando su mejilla.

—¿En qué trabajas?— preguntó.

—Es más o menos como un vigilante, atrapando criminales pero con métodos y estrategias muuuuy diferentes— dijo mientras se paraba para llamar a su amiga.

—¿Kata?— preguntó.

—¿Quién es?— preguntó.

—Soy Vi, rojita— dijo riendo.

—Oh, lo siento. Tu pequeño engendro me está volviendo loca, ¿cuando vuelves?— preguntó riendo un poco.

—Emmm, por eso te llamé, no volveré hasta mañana en la noche— dijo rápidamente.

—¿QUÉ? ¿Hasta mañana en la noche?— preguntó con un tono enojada —¿sabes lo que es tener que cuidar a la loca?— preguntó.

—Pues claro que lo sé, es mi hermana. Por favor, luego te compenso— dijo sonriendo.

—Si no me vas a compensar de la forma que la estoy pensando no quiero nada, adiós— dijo colgando el teléfono.

Vi rio y miró a Caitlyn, quien la miraba con una ceja alzada.

—Así que con ella utilizaste las esposas— dijo Caitlyn con un tono fastidiado.

—¿Qué? No— dijo sentándose alado de la peliazul —bueno, si. Antes si. Pero ahora— dijo tomándola de la barbilla —tu te llevas el 100% de mi— dijo dándole un tierno beso.

—¿Qué tal si nos vamos a la bañera?— preguntó besándole el cuello.

—Si a todo cupcake— dijo mientras se levantaban para ir al baño.

En el baño tuvieron una larga sección de besos esperando a que se llenara la bañera. Cuando se terminó de llenar se quitaron la ropa y se metieron. Caitlyn abrazó a Vi por detrás y se quedaron así un largo rato.

—Extrañaba estar así, contigo— dijo mientras recibía caricias de la peliazul.

—Yo también te extrañé— dijo abrazándola —extrañé todo de ti— dijo dándole un beso en el hombro.

—Yo extrañé todo de ti, más el sexo cupcake.

De pronto Caitlyn sintió la mano de la pelirosa sobar suavemente su muslo. La zaunita se volteó empezando la besar los pezones de su acompañante. Los tocó con su pulgar mientras que subió para besar a Caitlyn quien soltaba pequeños jadeos.

El beso tuvo un ritmo suave, disfrutándose entre sí. Después Vi decidió lamer el labio inferior de la piltie para subir de nivel. Vi empezó a besar su su cuello, dejando marcas.

Caitlyn se sentía en un cielo ardiente. Si fuera por ella podría repetir esto una y mil veces. Podía sentir los labios de la pelirosa acariciado cada parte de su cuerpo. Estaba entregada al placer hasta que un grito de Vi la hizo abrir los ojos. Vio como esta salió rápidamente de la bañera, se envolvió en una toalla y se fue.

—¿Vi?— preguntó confundida.

Salió de el baño envuelta en una toalla y vio a la pelirosa sentada en la cama.

—¿Qué pasó?— preguntó.

—Cupcake, una araña— dijo temblando.

—¿Una araña?— preguntó —¿interrumpiste todo esto por una araña?— volvió a preguntar un poco fastidiada.

—Cait, me dan miedo— dijo mientras se volvía a poner su ropa —mátala— dijo quedándose a medio vestir.

—¿Qué haces?— preguntó viendo como la pelirosa salía de su habitación.

—Cupcake, mátala porque esa cosa y yo no podemos estar en la misma casa, es ella o yo— dijo mientras salía del cuarto.

—Tan fuerte, tan ruda, tan temible y le tiene miedo a ¿unas arañitas?— dijo mientras se reía.

—Caitlyn, no estoy jugando, mátala o sácala, yo que sé— dijo mientras la abrazaba —por favor— le rogó.

—Está bien— dijo volteando los ojos para luego dirigirse hacia el baño.

Después de esa escena, Vi y Caitlyn se dirigieron a caminar por ahí. Era de noche, solo estaban ellas y la oscuridad de la noche, quien era opacado por las estrellas.

—No quiero alejarme de ti de nuevo, quiero que esta vez sea definitivo— dijo mientras la tomaba del brazo para que la mirara frente a frente —solo quiero que seamos tú y yo Caitlyn, nadie más— dijo sobándole el torso de la mano con su pulgar.

—Yo también quiero que esto sea definitivo— dijo mirándola a los ojos.

—Cuando digo que quiero que sea definitivo lo digo enserio— dijo mientras se acercaba a unas matas y le arrancaba una hoja —lo quiero todo contigo, no sabes cuánto sufrí al no tenerte— continuó mientras doblaba la hoja —no sabes cuánto sufrí al enterarme que otro te tenía— dijo encajando cada esquina de la hoja con la otra —ahora que te tengo, te quiero para siempre— culmino colocando la hoja con forma de anillo en el dedo de Caitlyn.

Caitlyn notó como sus ojos se humedecían al reciente e inesperado acto de la pelirosa. Sin pensarlo dos veces se abalanzó sobre Vi y la abrazó, un abrazo en donde las palabras sobraban. Desde ahora en adelante se tenían entre ellas, juntas iban a salir de todos los problemas.

Eran las una de la noche y el sonido del teléfono sonar despertó a Caitlyn, quien rápidamente se levantó y atendió.

—¿Vi?— preguntaron.

—No, habla Caitlyn— contestó.

—Oye princesita, me puedes pasar a Vi, es emergencia.

—Espera un segundo— dijo mientras se dirigía a la cama a despertar a Vi.

—Vi, despierta— dijo suavemente mientras acariciaba su cabello y le daba tiernos besos en la mejilla.

—¿Qué pasó?— preguntó aún media dormida.

—Te llaman, dicen que es emergencia— contestó.

La pelirosa tomó el teléfono y atendió.

—¿Quién?— preguntó.

—¡Vi! Es Kata, te necesitamos pero ¡ya!— dijo rápidamente —nos llegó un paquete y tienes que ver lo que vimos dentro.

—¿No pueden esperar o decírmelo acá?— sugirió cansada.

—¡No! Estas cosas no se pueden decir así por qué si, así que levanta tu trasero y muévelo hasta Zaun ¡AHORA!— dijo para luego colgar.

—Que amable— dijo mientras se paraba de la cama —bueno cupcake creo que me tengo que ir.

—¿Porque? ¿Qué pasó?— preguntó.

—No sé, no me dijo. Creo que debe ser algo grave para no poder decírmelo por teléfono— dijo mientras se ponía la ropa.

—Está bien, ¿podemos vernos mañana?— preguntó.

—Pues claro cupcake— dijo acercándose y besándole la frente —te amo.

—Yo también— dijo para luego abrazarla.

La despedida fue algo rápida ya que la pelirosa tenía que volver a ver que era esa emergencia por cual le interrumpieron sus mejores días, tal vez ni era algo tan grave o tal vez si.

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Arcane - Amor Y OdioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora