Arcane - Amor Y Odio

- Olvidando El Pasado

En la casa Kiramman un festejo se presentaba. Gente asquerosamente millonaria caminando por todos los rincones con sus copas de vinos hablando sobre política o cualquier tema aburrido.

Evan con un traje negro. Sentado en el gran sillón de la sala junto a Jayce, los dos juntos aborreciéndose de la vida. Desde que Vi murió Evan y Jayce se habían vuelto los mejores amigos, siempre estaban juntos.

El castaño recién había cumplido sus dieciséis años, lo celebró junto a Jayce, Caitlyn y su asqueroso novio. No sabía cómo la sheriff pudo dejarse embobar de ese tipo, él era un asco. Cumplía con todos los requisitos de un idiota piltie, millonario y con guille de tener el mundo a sus pies.

Estaban maldiciendo sus vidas hasta que alguien habló por el micrófono.

—A mira, el niño fresa— dijo Jayce rodando los ojos.

Se quedaron escuchando lo que tenía que decir. Marcel, el novio de Caitlyn, estaba sonriendo y estaba pasado de copas. Llamo para que la peliazul se posara junto a él y la abrazó fuertemente. Caitlyn se notaba incómoda, cualquier persona que conociera a la sheriff sabía que no lo amaba.

El tipo se arrodilló y sacó un anillo. Jayce y yo nos miramos asombrados pensando que esto no se podía ir más al carajo. Caitlyn ni siquiera dijo una respuesta cuando ya el anillo estaba colocado en su dedo anular. La mansión se llenó de aplausos y Marcel se paró para besar a Caitlyn pero esta se apartó disimuladamente.

Esta era la maldita pelea que tenía con ella, ¿porque se hizo novia de él si no lo amaba?, ni siquiera lo deseaba.

Desde que Vi "murió" o eso se piensa ya que nunca se encontró su cuerpo. Nunca volvimos a mencionarla, votamos toda su ropa y pertenencias. Caitlyn decidió borrar cualquier rastro que quedara de ella, y yo también. Era difícil porque ella me salvó la vida, me amo como hermana y me enseñó muchas cosas. Pero era necesario para poder sanar.

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Caitlyn se sentía frustrada. Cuando quiso ser pareja de Marcel, no pensó que acabaría en boda. Cuando recién Vi murió no podía estar en paz ni un solo minuto. Solo eran lágrimas, culpa y miedo.

Cuando volvió a hablar con Marcel, ya que lo conocía de su escuela, se veía cambiado. No se veía el mismo idiota de la escuela, se veía más, más maduro.

Al principio todo fue "bonito", una bonita amistad pero él lo malinterpretó todo. Con él se sentía bien y quería estar con él, así que para que no se alejara de ella le pidió que sean novios. Cada vez que no estaba con él se sentía rota, pensaba en Vi.

Su madre estaba encantada con el, era todo lo que ella quería para Caitlyn, un tipo absurdamente rico y a la altura para portar el apellido Kiramman.

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A la mañana siguiente estaban Caitlyn, Jayce y Evan en la oficina. Jayce participaba en lagunas misiones como miembro de el consejo y Evan se había vuelto vigilante, gracias a lo que le enseñó Vi pudo pasar la prueba fácilmente.

Estaban organizando una redada para un lugar donde ocurren peleas clandestinas, este lugar se hace llamar "La Última Gota"
A la dueña de este lugar la conocía muy bien, Sevika.

Se habían enfrentado muchas veces intentando detenerla y aún así era imposible, pero están vez, no fallaría.

—O sea, ¿nos infiltramos y ya?— preguntó Jayce.

—Si, necesitamos mirar el ambiente dentro de este lugar, no queremos lastimar a inocentes— dijo Caitlyn mirando unos archivos.

—La Última Gota era un lugar muy famoso en Zaun. Le perteneció al creador del subsuelo y él mantenía la organización, al menos la que podía— dijo Evan acercándose al escritorio —la fama de este lugar no era nada ilegal, solo ventas de bebidas. Mi padre antes de morir iba allí, era amigo de el dueño— dijo sentándose en una silla —escuché que fue capturado por Silco y lo asesino junto a su hija— dijo tragando saliva recordando que casi pasaba lo mismo con el.

Caitlyn le tomó la mano para darle apoyo y luego siguieron hablando de el tema. Ya conocían el lugar por fuera, sabían por dónde iban a entrar, las entradas y salidas, los guardias que necesitaban. Solo estaban alistando detalles ya que mañana sería el día.

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Cuando Caitlyn y Evan llegaron a su casa se notó el vacío en esta. La sheriff al entrar empezó a recordar cada vez que llegaba y encontraba la casa con un olor a limpieza y comida recién preparada. Cuando lo primero que hacía la pelirosa cuando la sheriff entraba era recibirla con abrazos y besos. Cuando cocinaban juntas y se tiraban la comida entre sí haciendo un completo desastre. Cuando se recostaban en el sillón junto a Evan y veían películas todas las noches. Cuando se duchaba y Vi entraba haciendo que un simple baño se volviera especial. Vi le iluminó la vida, se la cambió.

Ese color gris se volvió su razón para levantarse por las mañanas. Levantarse y sentir la mano de ella recorriéndole el brazo era una sensación embriagante.

Salió de sus pensamientos cuando escucho los golpes al saco, era Evan. Me asomé y vi como golpeaba. Su forma de golpear era casi parecida a la de Vi. Podía ver tanto de ella en el, al fin y al cabo fue ella quien le enseñó lo que sabe ahora.

Se metió a la ducha y revivió ese momento. Tenía recuerdos buenos como malos. Recordó como la golpeaba, sin duda en ese momento pensó que la iba a matar. No podía culparla, ni siquiera era ella. Lloró mientras el agua le recorría el cuerpo, sus ojos cerrados y su pecho bajando y subiendo rápidamente. Con ganas de que las cosas hubieran sido diferentes y pudieron ser diferentes.

Pero ya, tenía que parar de pensar en algo que jamás va a suceder. Vi no va a volver, ella está muerta. Se acabó, tenía que seguir adelante, además ya tenía un anillo. Tal vez con el pasar de el tiempo Vi solamente sea un mal recuerdo de su vida.

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