Arcane - Amor Y Odio

- Desaparecida

Vi se encontraba llegando al la guarida de los firelights, donde se encontraban Ekko, Sevika y Katarina esperándola.

—Por fin llegas— dijo Ekko un poco enojado.

—Unos días de descanso no están mal— dije volteando los ojos.

—Bueno, te llamamos porque atrapamos a un asesino un poco tostado de la cabeza— dijo Katarina sarcásticamente

—Otro más a la lista— dije bromeando.

—El problema aquí es que se niega hablar y aparte que se niega hablar tiene las mismas conductas de Luke— contestó.

—¿Crees que hayan trabajado juntos?— pregunté —Luke había dicho que no era el único, habían más— intenté pensar más a fondo.

—Mejor ya vamos y le preguntas— contestó Sevika.

Cuando entramos rápidamente el interrogado posó la mirada en mi. La persona estaba consciente, hablaba, se reía como loco pero aún así su mirada se notaba vacía. En ningún momento dejó de mirarme, es oscuro de sus ojos me atrapaba y me dejaban encerrada en el oscuro y frío espacio.

—¿Porque no nos haces esto fácil y hablas?— pregunté.

—Porque no me matan ya, no voy a decir nada que les interese— contestó.

—¿Conoces a Luke?— pregunté acercándome más a él.

—Si, no, puede ser— sonrió —no les voy a decir nada que les sirva.

—¡Dios!— gritó Sevika acariciando su mejilla de forma perezosa —Ya habla imbecil, porque si no hablas terminarás atravesado por mi brazo— amenazo.

—No se le puede matar— contesté.

—¿Qué?— pregunto Sevika —no nos sirve de nada.

—Tampoco nos sirve matarlo, además no le tienen miedo a morir así que las amenazas no servirán de nada— me puse a pensar —hay que ver si tiene alguna debilidad.

—¿Propones torturarlo hasta que hable?— preguntó Ekko.

—No sé— contesté.

—Entonces manos a la obra— contestó Sevika.

Estuvimos hasta la mañana intentando sacar información. Logramos descifrar que si conocía a Luke. Eran compañeros en una pandilla que trabaja para un líder anónimo, quien se está encargando de intentar volver a la producción de brillo. Después del interrogatorio mandamos al tipo a Still Water, donde no iba a salir hasta un buen tiempo.

Ekko, para celebrar la información que habíamos obtenido decidió hacer una fiesta en la última gota. Así que decidí llamar a Caitlyn para ver si quería venir.

—¿Cupcake?

—Vi, te tuviste que ir hoy por la noche, ¿qué pasó?

—Capturaron a alguien y tuve que ayudar hacer el interrogatorio, se negaba hablar.

—Oh, ¿vienes hoy?

—Bombón, ¿me preguntaba si querías venir hoy a la última gota? Habrá una pequeña fiesta por la noche.

—Esta bien amor, ahí nos vemos.

Cuando termine la llamada, fui corriendo a mi clóset para conseguir un vestido apropiado. Quería ir casual sin ser extravagante. Total, seguramente Vi me lo iba a terminar quitando.

Mientras salía del baño para empezar a vestirme vi a Marcel sentado en una silla al lado de la cama.

—¿Para dónde vas?— preguntó serio.

—Iré a una fiesta con unas amigas— mentí.

—Mmm, ¿cuando pensabas decirme?— se paró —¿o querías irte sin decirle nada a tu prometido— se acercó.

—¿Podrías dejarme sola para poder vestirme?— pregunté un poco fastidiada.

—Está bien, te espero en la noche cariño— se acercó y me beso, para luego irse.

Suspire mientras daba las gracias que no siguió insistiendo, me vestí y arreglé rápidamente para bajar a Zaun a la hora acordada.

Llegando a la última gota, pude distinguir a Ekko, quien ya estaba pasado de copas. Me acerqué porque no veía a la pelirosa por ningún lado. Pude ver a Katarina a lo lejos así que me acerqué, Vi y ella eran cercanas así que me podía decir dónde se encontraba.

—Katarina— la llamé acercándome a ella.

—Sherifff, ¿qué tal?— preguntó abrazándome.

—Bien, ¿sabes dónde está Vi?— pregunté.

—Emmm, no, no la he visto desde esta tarde— contestó —pensé que se había ido contigo.

Después de terminar la llamada con Caitlyn, salí de la guarida y le dirigí hacia la última gota, donde empezaría a limpiar y decorar un poco.

Mi limpieza fue interrumpida por una persona encapuchada que entró al lugar.

—Lo siento pero por hoy estará cerrado— dije esperando a que aquel hombre se fuera.

—No vengo por bebidas, vengo por ti— contestó mientras tomaba asiento en una de las sillas.

—Pues aquí me tienes ¿qué necesitas?— pregunté.

—Lo que te pido es absolutamente simple, y es que te alejes de mi prometida— dijo para quitarse la capucha.

—No pienso hacer eso— dije despreocupada.

—No te lo estoy preguntando— se paró de la silla y se acercó a mi —es una maldita orden.

—Haber carita costosa, no me vengas a exigir nada porque estás en mi territorio y te estás dirigiendo hacia una policía de Zaun— dije acercándome enojada —si tu princesita no te quiere no es mi maldito problema.

—Lo intenté por las buenas— dijo sin temor.

Yo me reí ante la amenaza y cuando estaba a punto de golpearlo dos personas me agarraron por detrás.

—Que mierda— pregunté intentando deshacerme de las personas atrás.

—Bye bye, zaunita— dijo para que después de eso perdiera la conciencia.

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