- Paz Inquieta

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Vi se levanta sintiendo un peso sobre su pecho. Alzó un poco la cabeza para encontrar a la peliazul recostada sobre este mientras que con sus dedos hacía garabatos en mi pecho.

Caitlyn levantó la cabeza para encontrarse con la mirada plateada, para luego verla sonreír.

Se acercaron un poco para darse un pequeño y tierno beso. Se sentía la tranquilidad en ese cuarto, las miradas, los besos y las caricias que hacían que se estremecieran.

—Vi, tenemos que lavarnos la boca, tenemos mal aliento, higiene por favor— dijo sonriendo mientras se sentaba en la orilla de la cama.

—Yo te quiero así con tu peste, bombón— dijo abrazándola por la espalda. Removió su pelo hacia un lado y besó su cuello.

—Vi, ve a chequear a Evan, tuvo que haber dormido en el sillón— dijo dirigiéndose al baño.

Salí de el cuarto y ya Evan estaba listo. El uniforme era una camisa polo blanca con los cuff de esta de color crema al igual que el pantalón, me acordó a mi uniforme en la universidad.

Cruzamos miradas y el la desvío rápidamente, nos había escuchado.

—Emmm, ¿niño?— pregunté aún con dudas, quería confirmar.

—La próxima vez avisen— dijo riendo poniendo cara de asco.

—¿De qué hablas niño? Se supone que no sepas nada sobre el tema— dijo removiéndole el pelo.

—Crecí en Zaun— dijo sonriéndome.

Era cierto, tristemente los niños en Zaun están condenados a no vivir una infancia sana. Ya desde temprana edad saben lo que es el sexo, drogas y muerte. Algunos lo viven y otros lo ven, pero todos los niños lo pasan mal en Zaun.

Le di unos golpes suaves en la espalda y lo llevé a la escuela. La gente me miraba raro ya que ni siquiera me cambié la ropa de dormir.

—Vas a estar bien niño— dije agachándome al frente de él y poniendo mi mano sobre el hombro del chico.

Evan asintió y se dirigió a la entrada, yo solo lo observé y miré los al rededores. Los niños aquí se veían tan inocentes, desconocían el peligro de las calles. Se notaba el esfuerzo de los padres en hacer que los niños sean sanos y a la vez fuertes. Sonreí y me fui, hoy le daría una visita sorpresa a su cupcake en el trabajo.

Cuando llegó a la casa todo estaba en silencio y tranquilidad. Puso un poco de música y se puso a limpiar, eso de ser ama de casa le gustaba. Limpio la cocina, los baños, la sala y el comedor. Barrio y trapeó la casa, cada mínimo rincón lo aseaba.

Cuando terminó sus tareas se bañó, se puso un top crema con un abrigo overside rojo por encima, y por último unos pantalones negros.

Se dirigió al la oficina y tuvo que pelear con la asistente porque quería que fuera sorpresa y la asistente insistía en decirle a la sheriff.

Ignore a la asistente y le pase por el lado siguiendo el pasillo, en el fondo de este se encontró una oficina grande y miró por las puertas de cristal. Ahí vio a su cupcake medio frustrada y estresada. Decidí mirarla unos momentos antes de entrar, se veía tan tierna cuando estaba ocupada.

Al ver a la asistente con dos guardias detrás de ella entré rápidamente. Caitlyn me miró con los ojos abiertos al verme. Me dirigí hacia ella y le di un pequeño beso, estaba esperando a que los guardias entraran. Estos abrieron y la asistente mandó a retenerme.

Arcane - Amor Y OdioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora