Cuando el océano peligra y el balance vital entre las tres grandes entidades del mundo se ve roto, solo el sacrificio de dos corazones podrá restaurarlo.
JiMin es solo un humano con horribles pesadilla y un profundo miedo al océano. Mientras que Yo...
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HoSeok lloró en el hombro de SeokJin, mientras el mayor lo abrazaba con cariño, acariciando su cabello e ignorando su camiseta húmeda, su pecho dolía ante su tristeza y si antes estuvo de parte del semi-elfo, ahora quería ir y tirarle una sartén a TaeHyung. Los demás se mantenían rodeándolos, YuGyeom se había ido hace unos minutos tras despedirse de JungKook, comprendiendo que necesitaban estar solos. NamJoon, por su parte, respiraba profundo, no podía creer la cantidad de decepciones amorosas que estaban ocurriendo y no quería ni imaginar la cara del rey cuando se enterara que dos de sus hijos estaban emparejados con seres de la Tierra, estaba seguro de que le daría un infarto.
—Ya, ya... Tranquilo —le susurró con cariño, queriendo brindarle todo el consuelo del mundo—. ¿Quieres pastel? Te haré el que quieras, Hobi... Vamos, no llores más. Taetae es medio idiota a veces, pero no merece tus lágrimas.
—Es que n-no lo entiendo. S-Se supone que rechacé sus coqueteos, q-que evité sus caricias. ¿P-Por qué aún así me enamoré?
—Ay, Hobi. Si uno pudiera elegir su amor, no existirían los corazones rotos. Es imposible escoger de quien nos enamoramos, es algo que sucede y nos guste o no, dura bastante tiempo.
—P-Pero en mi caso es para siempre, hyung —le dijo mirándolo. SeokJin limpió sus mejillas—. L-Lo quiero y jamás podré dejar de hacerlo, pero él... él siempre podrá elegir a otro. Ustedes pueden tener más de un compañero.
Y a pesar de que sonó como un reproche, SeokJin sabía que sus palabras eran guiadas por la tristeza y el dolor, así que no se lo tomó a pecho, dándole una sonrisa amable en respuesta.
—Sí, tienes razón, Podemos hacerlo, aunque eso no significa que sea igual con todos. Hay quienes creemos en las almas gemelas, en el hilo rojo del destino, y por más que TaeHyung se haya comportado como un idiota, puedo decir por la forma en que te mira, Hobi, por el cómo es contigo, que tú eres su hilo rojo... Sé que no tengo forma de comprobarlo, pero ey, JungKook esperó y las cosas se dieron, quizás el destino también los favorezca a ustedes.
—¿Y si no?
—No pienses en eso. Todo es posible, Hobi-Hobi, incluso lo que creemos que no.
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