Cuando el océano peligra y el balance vital entre las tres grandes entidades del mundo se ve roto, solo el sacrificio de dos corazones podrá restaurarlo.
JiMin es solo un humano con horribles pesadilla y un profundo miedo al océano. Mientras que Yo...
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Estaba soñando con que nadaba en las aguas del océano como era costumbre, disfrutando de los peces que pasaban a su lado, dando giros y aumentando la velocidad de la nada para después detenerse.
Continuó su camino tranquilo hasta que escuchó a lo lejos una pelea, todo su cuerpo se puso en alerta al ver como dos sirenas agarraban a un humano, hundiéndolo en el agua. Su pecho ardió y nadó rápidamente hacia ellos, apartando a las sirenas con una corriente acuática poderosa, antes de tomar el conocido rostro en sus manos y besarlo, otorgándole algo de oxígeno.
—Todo estará bien. Tranquilo.
El humano lo miró confuso, tratando de pronunciar su nombre, pero sólo salieron burbujas. El tritón negó, tomándolo de la cintura para impulsarlo hacia la superficie. Entonces, pudo apreciar unos ojos de un color distinto al resto de las criaturas acuáticas.
Y fue cuando despertó.
NamJoon se sentó en la cama con la respiración agitada y el cuerpo sudoroso.
¿Qué había sido eso? ¿Un sueño? ¿Una visión? ¿Quiénes eran esas personas? ¿Las conocía? ¿El tritón, era uno de los príncipes?
Su corazón latió con tal fuerza que fue capaz de oírlo en su cabeza, volviendo aún más difusa la imagen de ambos hombres.
—¿NamJoon...? —La voz somnolienta de SeokJin lo trajo de vuelta a la realidad— ¿Qué ocurre? ¿Estás bien?
—No, no lo creo, Jinnie.
Su novio pareció despertarse por completo al escucharlo, sentándose en la cama con él.
—Cuéntame. ¿Tuviste una visión?
—No estoy seguro. Creo que sí, pero fue todo tan rápido y confuso que mi mente sigue dando vueltas —SeokJin lo abrazó, preocupado—. Alguien se estaba ahogando en el mar —confesó contándole lo poco que recordaba—, unas sirenas lo habían agarrado y trataban de hundirlo. Esa persona luchaba, pero no podía escapar. Fue cuando un tritón apareció, salvándolo. Pero él...
—¿El tritón?
—Uhm, ese chico tenía unos ojos distintos. No plateados o cafés como los demás. Maldición —murmuró frustrado, agarrando su cabeza—, no puedo recordar el color exacto. Pero estoy seguro, Jinnie, seguro como que el mar es inmenso, que aquellos ojos pertenecían a uno de los príncipes.
El chico se sorprendió ante la declaración. Los príncipes... Hace alrededor de dos semanas que los había conocido y también el mismo tiempo desde que no sabía nada de ellos. Su pecho dolió al recordar la sonrisa de conejito de JungKook, los ojos dulces de Hobi y los comentarios sarcásticos de YoonGi.
Quizás había convivido solo una tarde con ellos, pero los momentos que vivieron juntos parecían muchisímos y eran tan hermosos que su corazón les apartó un espacio donde quedarse.
