Cuando el océano peligra y el balance vital entre las tres grandes entidades del mundo se ve roto, solo el sacrificio de dos corazones podrá restaurarlo.
JiMin es solo un humano con horribles pesadilla y un profundo miedo al océano. Mientras que Yo...
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—¡¿Qué su padre quééé?!
El grito de SeokJin se escuchó por toda la casa, incluso por sobre el pitido de la arrocera en la cocina.
Apenas llegaron al cálido hogar de la pareja, fueron recibidos con una sonrisa alegre y el aroma de varios platillos cocinándose en las ollas, sin embargo, la felicidad del humano no duró mucho al notar su ánimo decaído y los ojitos rojos de HoSeok. Ni siquiera hizo falta que preguntara el porqué, dos de los hermanos se lanzaron a sus brazos soltando maldiciones contra su padre, a lo que simplemente se quitó el delantal y se lo pasó a NamJoon, yendo con ellos hasta la sala para que le contaran lo sucedido.
—No puedo creerlo —gruñó sin dejar de caminar en círculos frente a los príncipes que estaban sentados en el sillón más grande. Tenía el ceño fruncido y no dejaba de hacer gestos con las manos—. Que no los dejaran entrar a su propia ciudad ni que les dijeran acerca de su estadía aquí.... Cette décision est révoltante! —gritó en un idioma que casi ninguno pudo comprender—... Sacarlos de casa sin ninguna razón. C'est une bêtise! C'est... C'est... ¡Aaah! ¡Qué rabia me da todo esto!
Los menores rieron al verlo, algo divertidos de que se molestara tanto para hablar en otro lenguaje.
—Está bien, amor mío —NamJoon terminó de servir los platos y se acercó a su pareja con una mirada entretenida. Era la primera vez que los veía sonreír luego de salir de la cueva, así que se sentía un poco más tranquilo—. Lo hecho, hecho está. Mañana lo resolveremos, por ahora es preferible comer algo y descansar.
—Tu ne trouves pas ça scandaleux? —le preguntó con las manos en su cadera. NamJoon rio.
—Por supuesto que sí. Pero no sirve de nada calentarnos la cabeza. Además, sería bueno que dejaras de hablar en francés, los chicos no te entienden.
—Mieux. Son père est un idiot —sentenció y por alguna razón los hermanos sintieron que aquella frase iba dedicada a su padre. El moreno solo negó con una sonrisa–. Como sea, vengan a comer —dijo pasando una mano por su cabello, soltando un suspiro largo para tranquilizarse. Fue hasta el comedor con los demás tras él—. Con el tiempo que estarán aquí, deberán aprender algunas cosas, entre ellas vivir con los humanos, así que tendrán clases intensivas de nuestra parte.
—Eso suena bien. —sonrió JungKook.
—Lo primero será aprender a leer y a escribir —aseguró NamJoon—. Les daré acceso a mis memorias para que puedan tener los conocimientos básicos sobre el idioma coreano y algunas cosas referentes a las leyes. El resto dependerá de ustedes.
—¿Estás seguro? —preguntó YoonGi tomando una porción de kimchi— Es posible que te duela un poco la cabeza.
El menor hizo un gesto, restándole importancia.
—No pasa nada. Solo será una vez y las tendrá uno de ustedes, de ahí deberán compartirlas.
