Epílogo

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JiMin terminó de ordenar su ropa en el armario después de lavarla, la cama ya estaba hecha, el piso barrido y la loza del almuerzo limpia y guardada

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JiMin terminó de ordenar su ropa en el armario después de lavarla, la cama ya estaba hecha, el piso barrido y la loza del almuerzo limpia y guardada. Parecía que el departamento entero había sido metido en una lavadora gigante por lo brilloso y aseado que se encontraba. En defensa del bailarín, tenía energía de sobra luego de haber permanecido dos días en el hospital por protocolo y otros cuatro en la casa de SeokJin, en donde también se mantuvo descansando en la pieza. Ahora que estaba en casa, necesitaba moverse, poner el lugar patas arriba un par de veces, bailar unas horas y luego limpiar y ordenar un poco.

Se sentó en el sofá, observando todo a su alrededor, aún le quedaban energías, pero no había nada más por hacer, incluso se había bañado y puesto pijama para relajarse, pero ni eso lo ayudó. Quizás podía ver una película o una serie, algo que evitara que su mente divagara hacia YoonGi.

Hizo un puchero, casi derritiéndose en el sillón. Más allá de las afirmaciones de SeokJin y TaeHyung acerca de que los chicos estaban bien porque podían sentirlo mediante el lazo, quería verlos, especialmente a YoonGi. Quería besarlo, darle un abrazo y ocultarse en su cuello, quería que lo mimara y mimarlo él también de vuelta, quería sentir su calor y dormir a su lado mientras le cantaba algo. Simplemente, quería estar con su caballito de mar.

Miró por el ventanal del departamento, a la distancia se podía apreciar el vasto y azulado océano, provocando que su piel se erizara de inmediato, pero esta vez fue distinta. Esta vez el miedo no se instaló en su cabeza, sino su novio, con esos ojos azules y sonrisa de gomita se adueñó de sus pensamientos, recordándole que estaba allá, encargándose de sus labores y que, con algo de suerte, apenas el equilibrio dejara de manifestar su energía como lo hacía, se verían.

El timbre del departamento sonó entonces y se levantó del sofá, TaeHyung le había dicho que iría a verlo después del trabajo para hacer algo juntos, así que ni siquiera lo pensó dos veces antes de abrir la puerta, estando solo con pijama y el cabello revuelto. Pero la persona tras la puerta no era TaeHyung, sus ojitos se abrieron en grande al notar esas esferas azules mirándolo fijamente con una dulce sonrisa acompañándolas.

—¿Hyungie...?

La sonrisa de YoonGi creció y su corazón latió acelerado al ver a su pareja.

—Hola, Minnie...

JiMin ladeó la cabeza, seguro de que estaba alucinando, y alzó sus manos para tocar el rostro de su novio, frunció el ceño al darse cuenta que podía tocarlo y YoonGi rio cuando jugueteó con su cara.

—Soy yo, amor —le aseguró tomando sus manos entre las suyas, acercándose para dejar un suave beso en la punta de su nariz. Las mejillas del menor se sonrojaron—. Volví...

—Oh, por Dios... ¡Hyungie! —chilló alegre y saltó sobre él, enrollando las piernas en su cadera. El tritón soltó una carcajada, divertido, y con algo de esfuerzo, entró al departamento y cerró la puerta con el pie— ¡Hyung! ¡YoonGi! ¡Yoonnie! —JiMin no dejó de repartir besos por todo su rostro ni siquiera cuando el mayor lo bajó y YoonGi solo se dejó hacer, feliz de verlo de nuevo— Hyuuung, te eché de menos...

Under the Sea - myg & pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora