Cuando el océano peligra y el balance vital entre las tres grandes entidades del mundo se ve roto, solo el sacrificio de dos corazones podrá restaurarlo.
JiMin es solo un humano con horribles pesadilla y un profundo miedo al océano. Mientras que Yo...
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—¡¿Y qué demonios están esperando?! —Les gritó su fidēle— ¡Corran, maldición! ¡No dejen que los atrapen!
TaeHyung chasqueó la lengua, apenas atinó a cortar la llamada y a guardar el celular antes de tomar la mano de HoSeok y echarse a correr. JiMin hizo lo mismo con YoonGi y JungKook. Sin importar si eran guardianes o no, NamJoon los consideraba una amenaza y eso era suficiente para ambos jóvenes, debían huir.
Los soldados salieron rápidamente del agua, tomaron forma humana con rapidez y agilidad y corrieron tras ellos, usando de ventaja sus posiciones para cerrarles el paso. JiMin se dio la vuelta, listo para correr hacia el otro lado, pero los guardianes a sus espaldas ya estaban allí y el primer grupo que vieron, cubrió ambos lados restantes. No tenían escape alguno, menos con tantas armas filosas apuntándoles.
Los jóvenes humanos maldijeron por lo bajo, ocultando de inmediato a los demás tras sus cuerpos, protegiéndolos. Mientras tanto, los capitanes aparecieron al frente, Soyeon los miraba con duda, Dakho con determinación y Kimi con una sonrisa victoriosa, que tembló levemente al notar las manos unidas de TaeHyung y HoSeok.
—Príncipes, tiempo sin verlos. —dijo la joven.
—Kimi... —mascullaron al unísono. Los humanos se tensaron levemente, mirando con desprecio a la sirena, y TaeHyung cubrió un poco más a su novio, dirigiéndole una mirada de desprecio—, ¿qué demonios haces aquí? —siseó YoonGi.
—¿Seguridad de quién? —gruñó HoSeok— Porque dudo que padre haya dado la orden.
—Ciertamente, no lo hizo. Todo viene de nosotros. Es nuestro deber proteger la ciudad cuando el rey ha caído.
—¿Cómo dices? —susurró JungKook asustado— Padre ha...
—Solo su presencia. —lo tranquilizó Soyeon.
—Pero es por eso que hemos decidido llevarlos a casa, es hora de que se hagan cargo de sus labores.
JiMin apretó la mandíbula con furia ante su descaro. ¿Qué sabía ella de sus esfuerzos por encontrar una solución? Su hyung había comenzado a tener serios problemas de insomnio en la noche, HoSeok casi no controlaba sus ganas de comer por la ansiedad y JungKook solía sonreír y bromear mucho menos que antes por la preocupación. Habían descuidado su salud por salvar su hogar y de no ser porque los demás estaban atentos, quizás hasta habrían dejado de comer y tomar un descanso a causa de eso.
Kimi simplemente no podía comprenderlo y JiMin no estaba dispuesto a escuchar sus estupideces. Antes de que cualquiera lo esperara, se adelantó lanzando un puñetazo directo a la sirena.
—¡JiMin!
—¡Hyung!
TaeHyung sonrió, viendo a la joven en el suelo, mientras su compañera la ayudaba y el pequeño círculo de soldados se tensaba ante su actuar.
