Cuando el océano peligra y el balance vital entre las tres grandes entidades del mundo se ve roto, solo el sacrificio de dos corazones podrá restaurarlo.
JiMin es solo un humano con horribles pesadilla y un profundo miedo al océano. Mientras que Yo...
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—¡Estoy seguro de que oculta algo!
La declaración de YoonGi resonó por toda la sala en donde estaba reunida la mayoría del grupo, SeokJin soltó un suspiro cansado, NamJoon tragó con nerviosismo, sus hermanos se miraron preocupados y confundidos, y TaeHyung mantuvo la vista en la pantalla del celular, jugando un videojuego mientras descansaba la cabeza en los muslos de su novio.
—Es la tercera vez que dices lo mismo esta tarde. —le dijo JungKook.
—Y con justa razón —Se defendió sin dejar de moverse en círculos alrededor de la mesa de centro, con el ceño fruncido y la respiración levemente agitada—. Primero nos da la oportunidad de venir aquí, después parece más ansioso de que estemos en la Tierra que en casa, luego vino lo del tiburón, lo de sacarnos del mar, la extensión y ahora esta visita sorpresa de los guardianes. ¡Y no me miren así! —exclamó al notar las miradas extrañas que le dirigieron— ¡No estoy loco!
—Los locos suelen decir eso —comentó TaeHyung desinteresado y YoonGi le lanzó un almohadón— ¡Ah, hyung!
—Si no vas a ayudar, calla —El menor le sacó la lengua y se escondió en HoSeok, berrinchudo— Como sea..., las coincidencias son demasiadas. Si ustedes quieren creer que padre es un santo, adelante —dijo para sus hermanos—, pero yo no.
—No se trata de eso, hyung —le aseguró el segundo príncipe—. Por supuesto que esto es extraño y sabemos que padre oculta algo, pero ¿qué podemos hacer? Tenemos prohibido volver o ir más allá de nuestros territorios, es imposible averiguar qué sucede en el mar si no estamos en él, además, no tenemos pruebas para enfrentarlo.
YoonGi chasqueó la lengua, molesto consigo mismo, miró a su fidēle, que se mantenía en silencio con la mirada fija en sus manos unidas, tenía una expresión preocupada, con el ceño fruncido y mordiscos pequeños en su labio inferior.
—¿Has tenido alguna otra visión, NamJoon? —le preguntó sacándolo de su trance. El menor alzó la mirada, dudando en sí decirle la verdad o continuar guardando silencio.
—No —Terminó por contestar, manteniendo un semblante tranquilo. Dio un suspiro largo, casi desganado—. He visto algunas cosas en la Tierra, pero nada relacionado con exactitud del mar.
—¿Las memorias siguen borrosas? —dijo JungKook.
NamJoon asintió.
—¿Y qué tan seguido vienen?
—Ni idea. Creo que la mayoría aparece de noche, porque hay días en los que despierto más cansado, aunque no puedo afirmar nada.
—¿Entonces, eso es lo que tenemos? ¿Nada?
—Lo siento, hyung, pero sí, al parecer sí.
YoonGi bufó, pasó una mano por su cabello, pegando un pequeño tirón a causa de la frustración. Respiró profundo, tratando de controlar sus pensamientos y emociones, sentía como su cabeza iba a mil por hora, sin permitirle concentrarse en una sola cosa, daba vueltas cada vez más rápido alrededor de la mesita, ignorando los llamados de los demás. Chasqueó la lengua otra vez, con una sensación burbujeante en el interior, e iba a maldecir a los cuatro vientos cuando de la nada el sonido de una risa conocida llenó la sala, de inmediato, su corazón latió acelerado, su pecho se llenó de una agradable calidez, sus pupilas se dilataron y su mente se enfocó en una sola persona: su compañero.
