78: La transparencia de un vínculo

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Miró el océano desde la ventana de la habitación, el sol estaba recién comenzando a salir, iluminando las aguas con sus cálidos rayos de luz

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Miró el océano desde la ventana de la habitación, el sol estaba recién comenzando a salir, iluminando las aguas con sus cálidos rayos de luz. La ciudad de Busan aún no despertaba del todo, algunas personas en las calles salían a correr, pero la mayoría estaba durmiendo, incluso su pareja se encontraba en el mundo de los sueños, completamente tranquilo en la cama.

Soltó un suspiro, recordando todos sus momentos juntos, centrándose sobre todo en aquellos posteriores al accidente. Hace un tiempo que no iban al océano o a la playa, ni siquiera se acercaban, era extraño puesto que su pareja era quien más quería ir y divertirse en esas aguas, sin embargo, el aterrador recuerdo de su última vez en él detenía su respiración y mantenía cada parte de sí en constante alerta, negándose a pasar por ese terror una vez más.

Cerró los ojos un instante, abrazándose con el objetivo de soportar ese intenso frío que vino de la nada, cada vello en su piel se erizó en respuesta, las manos le temblaban, podía sentir como la temperatura de su cuerpo disminuía y se entumecía en respuesta a los escalofríos que trataban de abrigarlo. Miró el termómetro en la habitación, marcaba 25°C, jadeó confundido, fijándose en el humo blanco que abandonó su boca. Si la temperatura estaba bien, ¿por qué se estaba congelando?

Caminó despacio de vuelta a la cama y acercó una mano al cuerpo de su novio, pero su piel ardió al contacto, causando que retrocediera de inmediato. Era normal que sus dedos quemaran con un calor agradable, sin embargo, ese toque le provocaba una sensación totalmente opuesta, lo lastimaba. Sus ojos se llenaron en segundos de lágrimas, ¿acaso no podría volver a tomar su mano, a besarlo?

Sollozó bajito y salió de la habitación en completo silencio, tratando de soportar la creciente angustia en su pecho. Se sentó en el sofá con lentitud, usando la manta sobre él para cubrirse, y llamó rápidamente a la única persona que podía ayudarlo. NamJoon contestó tan rápido que pegó un brinco al escuchar su voz.

—Hyung, ¿cómo te sientes? —le preguntó al instante, con la voz teñida de preocupación.

—M-Mal... T-Tengo frío, mucho f-frío, Nam... La piel de JiMin m-me quema. —admitió en un jadeo.

—Lo sé... Lo vi antes de que me llamaras —le respondió tratando de permanecer tranquilo—. Hyung, tu cuerpo te está jugando en contra por hechizarlo, pasé por algo similar con Jinnie. Debes decirle la verdad o vas a empeorar, y puede que JiMinnie también ahora que están destinados.

—P-Pero no puedo... Tengo... Tengo miedo. M-Me va a odiar...

—Hyung... —murmuró NamJoon con tristeza. YoonGi sollozó, angustiado— Pásamelo, Namie —Escuchó decir a SeokJin del otro lado de la línea, su fidēle susurró algo en voz baja antes de que el mayor tomara el celular—. YoonGi, pingüinito, ya es tiempo de ser valiente. No dejes que tu miedo los perjudique.

—P-Pero, hyung, ¿y si me detesta? ¿Si ya no soporta verme nunca más? N-No puedo... M-Minnie es mi caballito de mar, mi pareja. Lo amo, hyung...

—Y por esa misma razón es que sé que puedes hacerlo. Eres fuerte, YoonGi. Tú y JiMinnie —El menor jadeó al oírlo, un nudo se formó en su garganta y más lágrimas se deslizaron por sus mejillas, su corazón latió con dolor, con el deseo de creer en aquellas dulces palabras—. El camino que han construido está hecho de un material tan sólido como es su amor, su cariño y admiración, está hecho de sus momentos juntos, de sus palabras y acciones, de sus sentimientos.

Under the Sea - myg & pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora