✨️CAPÍTULO 17

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CAPÍTULO 17.

Lucy:

Dejo los restos de comida en el recipiente de Boris, mientras paso mi mano por el pelaje del viejo rottweiler que ahora, tiene nuevas marcas de heridas, las cuales sospecho, son producto de otra de pelea callejera, con alguno de los otros perros que lamentablemente también deambulan por las calles.

Es triste como funciona en ocasiones la mente del ser humano, que en lugar de esterilizar o hacerse cargo de sus mascotas, simplemente deciden abandonarlas a su suerte, cuando sienten que ya no son bienvenidas en sus hogares o cuando las consideran un estorbo o una carga.

En mi opinión, el ser humano no merece el amor que pueden llegar a dar estos inocentes seres de cuatro patas.

Bajo la mirada al perro, mientras de cuclillas frente a él, lo acaricio. De pronto, comienza a gruñir y dos segundos después, escucho la voz que me llama desde el otro extremo del callejón.

-¡Hey! ¡Lucy! Por aquí. -Grita Josh, que aún lleva la bata azul del hospital, mientras alza la mano por la ventanilla de su coche, el cual, tiene el capo nuevo, casi listo para pintar.

Aun no me explico como pudo caer una de las macetas de la señora Olga, sobre su coche, si ella siempre las dejaba en el suelo de su balcón y no en el barandal.

-¿Qué hay, Josh? ¿Cómo has estado? -Saludo a mi amigo, cuando llego a su sitio.

-¿Qué hay? -pregunta alzando una ceja, pegando la espalda al asiento de su coche. -¿Eso es todo? ¡Llevo días intentando localizarte! Me tenias muy preocupado. -Me reprende y acaricio mi brazo avergonzada, antes de esconder un mechón de cabello tras mi oreja.

-Si... lamento eso, es que, he estado algo ocupada.-Respondo.

-Ya... olvídalo. Sube, quiero enseñarte algo. -Habla señalando con la cabeza el asiento del acompañante.

Suspiro y tras acomodar mi mochila sobre mi hombro, miro hacia la entrada trasera de la cafetería. Matt dijo que lo esperara, que tardaría un rato, pero...

-Lucy... ¿todo bien?-Vuelve a hablar Josh y parpadeo, antes de encaminarme al otro lado del coche. Lanzó mi mochila al asiento trasero y suspiro cuando me deslizo en el asiento del acompañante.

-Bien... ¿ A dónde vamos? -Pregunto ladeando la cabeza.

-Ya te lo dije, quiero enseñarte algo. -Afirma y frunzo el ceño, pero termino por dejar salir un pesado suspiro y acomodarme en el asiento.

-Josh... ¿Qué estamos haciendo aquí? -Indago, cuando el coche se detiene en la parte trasera del hospital.

-No preguntes, solo sígueme. ¿si? Confía en mi.-Pide y le sostengo la mirada, algo confundida por la forma en la que me mira, y el tono que usa, lleno de esperanza. No tengo corazón para negarme, cuando me observa como lo hace, así que suspiro y abro la puerta del coche.

Rodeo mi cintura con mis brazos a medida que avanzamos por los pasillos del hospital. La incomodidad no logro disimularlas, pero aparentemente, para mi suerte Josh no lo nota.

Desde el día en que mis padres murieron y el doctor me informo del tumor en mi cabeza, nunca más he pisado un hospital. No es un capricho, simplemente no lo tolero. Me... asusta estar aquí.

Respiro profundo cuando pasamos el ala de cuidados intensivos y me pregunto porque nadie nos obstruye el paso, pero las dudas se despejan cuando, noto que cada una de las personas con las que nos topamos saludan a Josh, con un asentimiento de cabeza.

-Bien... llegamos. -Dice y frunzo el ceño, cuando observo la palabra "Oncología" estampada en uno de los carteles, luminiscentes sobre la puerta de dos hojas.

La obsesión del Mafioso. © (TERMINADA)[Aún Para Corregir] +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora