✨️CAPÍTULO 29

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CAPÍTULO 29.

Lucy:

El cielo parece que estuviese por partirse en dos con la tormenta que se ha desatado fuera. Así que cuando me levanto de la cama las cortinas se sacuden con violencia mientras que empujo la hoja para poner el seguro de la ventana.

Observo por un instante el cielo que se ilumina con los relámpagos y como las gotas de lluvia golpean con fuerza el vidrio frente a mi.

-¡Basta! ¡No... basta! ¡Aléjate de mi! -Me sobresalto con la voz del hombre en la cama.

Giro para verlo, como se remueve entre las sábanas. Las facciones de su rostro se deforman y su mano intenta apartar algo, o a alguien, en lo que parece ser una pesadilla. Me acerco para despertarlo, intentando no asustarlo y toco su brazo, pero su mano inmediatamente sujeta con fuerza mi muñeca.

-Hey... cariño, todo está bien. Tranquilo. -Le hablo mientras me recuesto a su lado y deslizo los dedos de mi mano libre, por la cabellera del chico que aún se remueve con la respiración agitada.

-Amor... tranquilo. -Susurro sin dejar de acariciar su cabeza.

Poco, a poco, su respiración agitada va mermando, y el agarre sobre mi brazo se afloja. Suspira aún en medio del sueño y con su brazo envuelve mi abdomen, recostando el rostro a mi cintura.
Lo escucho murmurar algo que no entiendo y cubro sus hombros con la manta mientras sigo acariciando su cabello con suavidad.

Viendo las marcas de su cuerpo, aparto la mirada, tragando el nudo de mi garganta cuando ni siquiera puedo contemplar la mera idea de que alguien le haya hecho tanto daño, siendo tan solo un niño.
Reconozco que también he sufrido y no comparo nuestras infancias. No lo hago por el simple hecho de que yo tuve una.

Mis padres siempre fueron papás amorosos, cuidadosos y no hubo un solo día en que no me haya sentido amada por ellos y por mi hermana. Me llevaban a la escuela, mi mamá preparaba galletas para la merienda y mi papá siempre besaba nuestras frentes cuando llegaba en las noches del despacho. Nunca pasamos necesidades ni sufrimos malos tratos.

Bajo la mirada al chico que suspira con el brazo aún rodeando mi cintura.

-Lo siento cariño...-Susurro observándolo dormir, ahora más calmado.

Un mes antes:

" El cielo se cae fuera y veo al chico que mantiene la mirada perdida en la ventana. Se ve pensativo, perdido en algún lugar de su mente.

-¿Todo estará bien?-indago le extiendo la taza con café.

Luego de traerme a casa desde la cafetería, supuse que un café caliente le caería bien. Es lo mínimo que puedo hacer después de que cada día vaya por mi a Anny's.

-Si. Todo está bien. -Responde pero ladeo la cabeza confundida al ver que sigue con la mirada fija en el cielo gris.

-Puedes decírmelo. Es decir... no tienes que hacerlo si no quieres pero, estoy aquí para escucharte. -Le aseguro recostando mi cabeza contra su hombro.

Inmediatamente siento su brazo pasar por encima de mis hombros y como deja un beso sobre mi cabeza antes de beber un sorbo de su café, mientras ambos contemplamos la tormenta que se desató afuera.

-Tenía diez, fue la última vez que la vi. -Empieza y guardo silencio escuchando.

-Mi... madre y su novio me habían enviado a pedir dinero, como siempre. El día estaba nublado y hacía mucho frío. Recuerdo que sólo llevaba un playera de mangas cortas y abrazaba mi escuálido cuerpo.

La obsesión del Mafioso. © (TERMINADA)[Aún Para Corregir] +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora