Capitulo 2

510 62 6
                                    

No pidas permiso: las alas son tuyas y el cielo de nadie —Pablo Bendala

Huérfano. Sin padres, ni familia que se preocupara por él. Nadie, solo un bebé callado y triste.

Min Yoongi vivió en un orfanato desde que tuvo uso de razón, no conocía nada más que esas cuatro paredes. Lo único que sabía de sus padres es que fueron supuestamente asesinados por una manada, lo que lo dejó solo y sin ningún otro familiar que se ocupara de él.

Creyó aquella historia por un tiempo, pero a medida de fue creciendo dudaba de su certeza, no lo de sus padres, sino el hecho de que no haya ningún tío, abuelo, quien sea que llevara su apellido. Llegó allí con un nombre, por eso más que nada dudaba de la información que le dieron en el orfanato.

Vivió toda su niñez y parte de la adolescencia en ese orfanato, se supone que con el tiempo lo adoptarían, pero quien quería tener a un niño que casi no hablaba, tampoco hacía amigos o socializaba en las reuniones que eran exactamente para eso, prefería un millón de veces estudiar o leer algún libro.

No se encariñó con nadie porque sabía que su salida del orfanato llegaría algún día. Casi mensualmente tenía que ver cómo las familias elegían a otros niños. Tenía que presenciar cómo cada uno de los que crecieron con el ya no estaban, él era el único que había estado allí desde que era un bebé. Ya se había acostumbrado a verlos marchar, mientras él seguía en el mismo lugar de siempre, con la misma gente de siempre, comiendo la misma comida de siempre.

Algunas familias siquiera lo tomaban en consideración, parecía ser invisible ante ellos; a medida que fui creciendo pensó que presentaría como beta, no tenía cuerpo de omega y mucho menos de alfa, pero entonces llegó su primer celo y con eso la presentación.

Nadie esperaba que se presentara como alfa, es decir, se hizo el examen médico dos veces solo por si acaso y la dos veces presentó como alfa.

Después de eso nada mejoró para Yoongi, siempre que una pareja iba buscando específicamente a un alfa, él era descalificado solo por no parecer uno. No era alto, ni muy musculoso, solo tenía un aura intimidante por ser muy serio y callado, no pasaba de eso.

Al cumplir la mayoría de edad fue suficiente tiempo para seguir viviendo en el orfanato así que prácticamente lo echaron. Estuvo en una casa de familia por pocos meses hasta que pudo conseguir trabajo; en el poco tiempo que estuvo en ese lugar fue mucho peor que todo su tiempo en el orfanato.

En ese momento le alegraba no haber sido un omega o un beta, porque caminar a altas horas de la noche por la calle era peligroso para cualquiera de ellos, o estar en una casa en la que casi todos eran jóvenes mayores de edad hormonales y poco respetuosos. Yoongi no parecía tener la fuerza de un alfa, pero la tenía, y sabía perfectamente cómo defenderse, tenía eso a su favor.

Además, conseguir un trabajo no fue difícil, necesitaba uno o se moriría de hambre y viviría en la calle porque no aguantaría un tiempo más en esa casa. El primer trabajo que consiguió fue en un bar de mala muerte que al menos le dio para vivir en un pequeño apartamento, en el que solo eran el piso vacío, su mochila con las pocas pertenecías que tenía y él.

No tenía idea de qué quería hacer con su vida, solo que debía trabajar y conseguir algo mejor que un pequeño apartamento vacío donde dormir.

Pasó dos años trabajando en ese bar, aunque no podía quejarse, porque gracias a ello pudo tener un techo donde vivir por su cuenta y comida diaria, pero necesitaba salir de allí.

Pudo avanzar cuando empezó a trabajar como secretario de un político y aunque siempre ha sido bastante callado, supo cómo relacionarse con la gente que le beneficiaba, y así fue como terminó trabajando en una empresa de marketing y publicidad.

Chosen |OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora