Capiutlo 8

367 55 11
                                    

El secreto no es correr detrás de las mariposas, es cuidar el jardín para que ellas vengan a ti.  Al final de cuentas, vas a encontrar, no a quien estabas buscando, sino a quien te estaba buscando a ti —Mario Quintana.

El cúmulo de personas fue disminuyendo poco a poco, la galería de arte estaba justo como los maestros y evaluadores querían verlo, lleno de gente curiosa que realmente estaba interesada en las obras que allí se mostraban.

Jimin seguía petrificado frente al alfa que esperaba una respuesta de su parte, no esperaba que este siquiera le dirigiera la palabra, por eso se tardó en contestar.

—No lo creo —finalmente contestó Jimin. Tragó saliva y se mantuvo firme para que no se notara lo nervioso que se encontraba en ese instante.

—Yo si —replicó Yoongi, cruzándose de brazos mientras miraba de arriba a abajo al omega frente a él.

—Creo que estas confundido —masculló Jimin.

—Yo no confundo aromas y definitivamente el tuyo me dice que eres el mismo que vació su café sobre mi auto —señaló levantando su mentón.

El alfa no lo recordaba solo por su aroma, sino también por sus labios y lo pronunciados que estos eran, pero eso era algo que no admitiría siquiera a sí mismo.

Jimin no esperaba que el alfa lo recordara, eso lo puso aún más nervioso, pero no se lo demostró. No iba a dejarle creer que tenía alguna clase de poder sobre el cuándo ni siquiera se conocían.

—Ya, en ese caso —indicó Jimin, dando un paso en adelante para que se notara que no le tenía miedo, mucho menos que podía intimidarlo con su mirada y su mentón levantando—. Tu casi me atropellaste y ni siquiera te disculpaste, como yo lo veo, tú me debes un café y una disculpa.

Yoongi dejó caer sus hombros al ver que la actitud de aquel omega seguía siendo la misma de ese día, altanero. No era común ver omegas tan decididos y sin temor en su mirada, a pesar de que sus mejillas seguían sonrojadas, sus feromonas eran de todo menos de miedo o intimidación, eso le causó curiosidad al alfa. Los pocos omegas hombres que ha conocido, no son para nada como el que tenía delante.

Antes de que el alfa pudiese responder, en el momento que puso un pie al frente para marcar su seguridad, sintió una mano en su hombro derecho que le hizo girar la cabeza para luego encontrarse con la sonrisa de su amigo Hoseok.

—Viniste —dijo el castaño—. Deberías ver las pinturas, esta gente ya no necesita seguir estudiando —comentó el alfa.

—¿Así de bueno? —preguntó Yoongi mientras era empujado por otro camino, obligándolo a dejar de lado su conversación con el rubio.

La atención de Yoongi ya no estaba en él. Dejó salir el aire que estaba reteniendo al ver que fue salvado de un cuestionamiento que en ese momento no quería responder. Su corazón no dejaba de latir fuerte en su pecho, y le fastidiaba ponerse así por un alfa, especialmente por uno que no conocía y que solo le causaba interés.

Sus ojos se fijaron en el pelinegro que observaba su escultura con curiosidad. Jungkook estaba viendo su obra con detenimiento sin importarle de que sus amigos lo habían dejado atrás.

—Eres muy bueno, felicidades —comentó Jungkook saludándolo con una reverencia. Jimin hizo lo mismo en respuesta y se despidió del alfa un asentimiento de cabeza luego de haberle dado las gracias en un susurro. 

La tarde transcurrió rápido para el omega, estaba algo cansado, pero entusiasmado por saber su calificación al final de la jornada. Cuando recibió una A en su evaluación únicamente de su obra, no pudo ocultar su sonrisa de felicidad. En ese instante todos los dolores de cabeza, los días sin poder dormir bien, de alguna manera fueron recompensados.

Chosen |OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora