Capitulo 21

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Vamos a borrar tus miedos con besos. A acurrucar tu alma en mi pecho. Vengo a pintarte los días, a sembrar colores en tu vida. Vengo a ser contigo en el amor, y que seas conmigo en el tiempo —Brando.

Las manos de Yoongi apretaban con fuerza el borde del comedor en el que tuvo que volver a sentarse mientras sentía el dolor en su pecho incrementar. Su cuerpo estaba erguido hacia adelante, mordía su labio inferior para no gritar por el dolor que sentía en su interior. Estaba en ese momento que siquiera sabía dónde se concentraba la mayor intensidad, sentía que venía de todos lados y a la vez de ninguno.

Desde aquella noche que dejó a Jimin descansado en su cama, ha estado experimentando nuevamente aquellos dolores. No había dejado de tomarse los medicamentos que le fueron recetados, pero estos ya no funcionaban como debería y eso le enojaba.

Transcurrieron dos días desde el accidente de Taehyung. Dos días desde la última vez que habló con la madre de Jimin, en esos días el alfa solo pudo ver al omega al pasar por él a su casa y al dejarlo en su trabajo, la gran cantidad de cosas que ambos tenían que hacer no les permitía verse por más tiempo.

Yoongi sabía que Jimin visitaba a su amigo siempre que podía y que el único momento que podía hacerlo, era después del trabajo. Mientras que el alfa se quedaba hasta tarde terminado los tres proyectos que pronto debía de entregar, preparándose para graduarse pronto. De alguna forma lo extrañaba, pero eso no evitó que el fuera a la floristería a comprar una rosa azul diaria y hacérsela llegar a Jimin como fuera, era su manera de hacerle saber que seguía allí y que evidentemente, seguía interesado en él.

A pesar del poco tiempo que tenían para verse, no detuvo su cortejo, estaba ansioso por que llegara el fin de semana. Para esa fecha estaría libre y únicamente para Jimin, mientras más tiempo pasaba, más quería verlo y estar con él. No se conformaba con solo hablarle por mensajes, o estando con él pocos minutos en la mañana y en la hora de almuerzo, no era suficiente.

Se encontraba en el comedor de su hogar después de haber dejado al omega en su trabajo, se supone que estaba allí para recoger el reporte que estuvo revisando la noche anterior hasta quedarse dormido, pero las punzadas lo retuvieron allí. Estaba sintiéndolas gradualmente, y más durante la noche que durante el día.

Cuando finalmente los dolores se detuvieron, el alfa se puso de pie, sintió sus piernas flaquear un poco, pero aun así siguió su camino hacia la salida, hasta que vio sus ojos lobunos en el espejo que colgaba de la pared beige antes de llegar a la puerta.

—¿Es enserio? —se cuestionó a sí mismo. Con el ceño fruncido, enojado por no saber a qué se debía todo lo que le sucedía, sacó el móvil de sus bolsillos.

Pensó en llamar a Jungkook, pero luego recordó la situación por la que estaba pasando y decidió usar sus gafas hasta que pudiera controlar a su lobo interior. Quiso llamar a la doctora, pero no lo hizo, en cambio decidió que la visitaría después del trabajo, ya que de todos modos no vería a Jimin y tampoco quería dejar todo para el fin de semana, su agenda estaba completamente llena y en cada momento el nombre de Jimin era protagonista.

La brisa de la primavera se estaba disipando y con ello empezaba a sentirse un clima más caluroso. Aunque para bailar prefería el calor, porque con el frío sus músculos estaban más rígidos, lo que no le agradaba del todo era el sudor y lo sofocante que se volvía saltar y girar sin parar.

La noche se hizo presente rápidamente, su propio cuerpo le pedía un descanso y con eso supo que ya había terminado sus horas de trabajo. El grupo de bailarines no tardaron en salir del salón y esta vez, Jimin también, hasta que sintió unas manos tomar su muñeca.

Chosen |OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora