Capitulo 54

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Toda una vida me estaría contigo, no me importa en qué forma ni como, pero junto a ti, toda una vida te estaría mimando, te estaría cuidando como cuido de mi vida que la vivo por ti —Osvaldo Farrés. 

Al despertar, Jimin sintió su cabeza dar vueltas y sus manos adoloridas, aturdido, apenas su vista se acostumbraba a la luz roja de la habitación en la que se encontraba. Intentó mover sus manos, fue entonces cuando se dio cuenta de que estaba atado de manos a una silla.

Miró a su alrededor aun completamente desorientado y con un fuerte dolor de cabeza que le hizo apretar sus ojos hasta que pudo ver mejor la habitación en la que estaba encerrado. Era algo extravagante, con un mueble rojo frente a él, paredes blancas con cuadros de mujeres y hombres semidesnudos, luces rojas, azules y blancas; su mirada se detuvo en el tocador en una esquina, con un perchero lleno de ropa, lucia exactamente como un camerino espacioso, lo que le confundió aún más, ¿qué hacía allí o quien lo había llevado a ese lugar a rastras?.

El miedo se apoderó de su cuerpo cuando sintió el peligro en el ambiente, fue arrastrado a la fuerza a ese lugar, lo peor de todo es que no sabía dónde estaba o que tan lejos de casa. Empezó a moverse desesperado en la silla, buscando poder deshacerse de las cuerdas que apretaban sus muñecas en su espalda.

Se concentró en lo que tenía a su alrededor, pero todo le seguía dando vueltas, se sentía mareado, nunca ha estado drogado, pero en ese momento se sentía como tal. Intentó tener sus sentidos en alerta, fue ahí cuando notó la música que provenía del exterior, estaba muy alta y parecía música de cabaret.

—¿Qué crees que haga con él? —escuchó unas voces cerca de la puerta.

—Es un lindo omega, con un lindo cuerpo, ¿qué más hará con eso? Obviamente que prostituirlo.

Jimin abrió los ojos al escuchar lo que planeaban hacer con él, se movió de un lado a otro buscando con desesperación poder salir de ellí. Pero entonces cayó al piso, provocando un fuerte golpe en su hombro. Apretó sus ojos por el dolor que invadió su cuerpo por esa fracción de segundos.

No podía mover sus manos, estaba privado de poder hablar. Con la respiración agitada trató ponerse de pie, dejó de hacerlo al darse cuenta de la fuerza que estaba empleando para ello.

Angustiando y desesperado, sintió las lágrimas correr por sus mejillas, con su cabeza en el frío piso, vio la prueba de embarazo a pocos pasos y lloró al recordar lo emocionado que estaba por darle la noticia a su alfa. Su mirada estaba fija en la bolsa de farmacia de dónde salía el test de embarazo, hasta que vio unos pies delante de él y seguido de eso como lo levantaban del piso hasta quedar en la posición anterior.

Levantó su mirada aterrado de quien podría encontrarse frente a él, pero entonces el hombre que lo levantó se inclinó hacia él hasta quedar frente a frente. Jimin se llevó una sorpresa al ver el rostro que no era desconocido para él, mucho menos su aroma.

Chanyeol lo miraba directo a los ojos con una sonrisa cómplice en el rostro que le aterrorizó, en el fondo él sabía que siempre ha estado detrás de cosas ilegales, desde que quiso obligarlo a tener sexo con él, desde que lo dejó como "garantía" por drogas; no le resultaba difícil pensar que el pudiera estar en ese tipo de vida, hasta le parecía gracioso que se tratara de él.

Allí frente al alfa que una vez fue "su pareja", pensó que estaba allí por venganza, rencor o lo que fuere, sabía de las cosas que él era capaz y ver esa sonrisa en sus labios mientras lo miraba directo a los ojos, le invadió de un miedo, no por él, sino por el bebé que él sabía llevaba dentro suyo y debía cuidar.

—Jimin, no pensé que nos volveríamos a ver —susurró al pararse derecho.

Jimin lo miró con las cejas fruncidas, intentando gritarle todo lo que tenía para decirle. Lanzó un grito cuando le quitó la cinta adhesiva que cubría su boca de manera brusca.

Chosen |OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora