Extra

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Desde que te amo ya no siento frio. Los inviernos pasan callados y ya no me arrugan las manos. Desde que te amo duermo la noche sin medias y en mi piel reposa tu verano. Desde que te amo junio ya no se junio y se parece a noviembre y a una taza de café a tu lado; y esta vida es más vida cuando cierro los ojos y vuelo en tus brazos —Lucas Hugo Guerra. 

Una mañana fresca de primavera, cuando los árboles de cerezos estaban llenos de flores rosadas, una de las épocas más hermosas y la favorita de la familia que se reunía en el patio de la casa de los Min, lugar donde Jimin preparaba la mesa del exterior para recibir la familia de su mejor amigo, aquellos que con el tiempo era como la suya propia por la cercanía que tenían.

—¿Qué tal me veo? —preguntó Joongi entrando a la recámara de su hermano menor, quien se encontraba recostado en su cama con su móvil en manos.

—Bien —susurró en respuesta aún con la mirada en su teléfono.

—¡Ni siquiera miraste! —chilló lanzándole uno de los cojines que reposaban en el diván frente a su cama.

—¡Por la luna! —chilló sentándose en la cama para darle la atención que su hermano requería con tanta intensidad—. ¿Qué quieres que te diga? Te ves como siempre, nada diferente.

—¿Debería dejar mi cabello así? —cuestionó volviendo su vista al espejo.

—Actúas como si fueras a ver al presidente, son como nuestros hermanos, por la Luna —comentó Yangmin al pararse de la cama y poner los ojos en blanco, provocando que su hermano mayor se girara para fulminarlo con la mirada.

—No lo son —declaró Joongi con una expresión de asco que hizo al menor reír.

—Lo siento, olvidé que te coges a Sunie —masculló con una sonrisa llena de picardía.

—Cállate, no estamos.... Teniendo sexo, estúpido —declaró peinando su cabello con sus manos.

—Puedes decirle eso a nuestros padres y al señor Jeon, ¿pero a mí? Yo soy quien te cubre cuando se van juntos después de la escuela a "estudiar" sus cuerpos —señaló—. Además, la he visto mirarte como si quisiera desnudarte y cogerte ahí mismo, luego me arrepiento de haber visto ese tipo de cosas porque te imagino teniendo sexo y que asco —dice apenas tomando un suspiro, siendo tan hablador como siempre.

—Yangmin, ya cállate y dime cómo me veo, tú eres el señor estilista aquí —le pidió Joongi con las mejillas sonrojadas por el reciente comentario de su hermano, en el que no había ni una sola pizca de mentira.

—Eres malo para leer a tu omega, terriblemente un completo desastre.

—Ella no es mi...

—Tu novia, entonces —susurró interrumpiéndolo mientras llevaba sus manos a la camisa de animal con estampado de leopardo que llevaba abotonada hasta el último botón.

—La estoy cortejando, Yan —susurró viendo lo que hacía su hermano con sus pequeñas manos delicadas.

La relación entre Sun Hee y Joongi se tornó incómoda después de haber presentado como alfa y omega, incluso su padre hizo todo lo que pudo para mantenerlos a la vista y evitar que estuvieran a solas, algo que ni siquiera ellos mismos realmente querían, porque apenas estaban aprendiendo a controlar sus instintos, pero a fin de cuentas todo condujo a al mismo destino.

Joongi sabía lo que sentía por ella y no solo por su casta, sino porque habían crecido, ya no eran los niños que corrían por la casa cuando se visitaban, se dio cuenta que el cariño hacia la persona en la que más confiaba se convirtió en amor.

Chosen |OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora