Capitulo 50

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Nada ni nadie podrá cambiar lo que siento por ti, presente o ausente, no necesito tu cuerpo para amar a tu alma eternamente —J. Guerrero

Hace tanto tiempo que no podía un pie en un club, la última vez que lo hizo fue precisamente cuando Young-soo lo invitó, antes solía ir mucho al club Octagon y a casi todos los bares que le quedaban cerca, pero cuando esa vida fiestera entre alfas, con los que lastimosamente solo pasaba el rato, empezó a influir en su vida de manera negativa, decidió alejarse y poner un control en las cosas que hacía solo por buscar amor en donde evidentemente no lo encontraría.

Lo primero que hizo al llegar fue beber, solo hizo falta tomarse dos botellas de soju para pararse a bailar en medio de la pista. Pensó que al tomar ya no tendría en la cabeza a ese alfa pelinegro con aroma a canela y limón, pero lo perseguía en sus pensamientos incluso en ese momento, así que bebió más para borrarlo de su mente, aunque sea por un momento.

No se percató de lo rápido que pasaron las horas mientras bailaba en medio de las personas, con la música retumbando en sus oídos y el bailando el compás de la misma, saltando y moviendo sus caderas de un lado a otro, tenía frente a él al alfa alto y bastante atractivo con el que bailaba casi a diario, pero que en ese momento se sentía distinto y por ese momento no le importó.

Sentía su cuerpo caliente por la reciente cantidad de alcohol en su interior, que éste se acercara a él peligrosamente con una mano en su cintura, en cualquier otro escenario lo alejaría de inmediato, le permitió hacerlo, pero dejó de bailar cuando sus rostros estaban más cerca de lo que deberían, otra vez.

—Iremos al bar que está a dos cuadras de aquí, es más tranquilo —le susurró al oído—. Vamos.

Jimin aceptó su mano y lo siguió por el tumulto de personas hasta la salida, donde se encontraron con los demás bailarines que iban con ellos. En cuanto salieron, Jimin sintió como la euforia y la adrenalina que le daba el club se esfumaron, volatilizaron en el aire como el humo del cigarrillo electrónico que fumaban frente a él, proveniente de su grupo de compañeros de baile que iban tan tomados como él, la diferencia es que toleraba bastante bien el alcohol.

Llegaron a un bar que tenía música un poco más tranquila, entraron a la zona VIP, misma que por alguna razón ellos consiguieron, no hizo preguntas, solo aceptó y se sentó junto al alfa, es con el único que tenía la confianza suficiente como para hablar.

—¿Agua? —cuestionó Young-soo a su lado.

—Por favor.

El omega se tomó el vaso completo de agua, recostó su cabeza del espaldar del mueble por pocos minutos y en cuanto vio que solo eran ellos dos allí, aprovechó el momento para hablar con Young-soo.

—¿No quieres tomar algo? —cuestionó Young-soo señalando la barra en la que ahora se encontraban su grupo. Hasta parecía que dejaron el lugar solo para ellos dos a propósito y eso fue lo que hizo cuestionarse.

—¿Quién nos consiguió este lugar? —preguntó el omega sentándose de frente al alfa.

—Yo, mi padre es el dueño —susurró Young-soo. Fue en ese instante que Jimin comprendió porque estaban solos en la zona VIP y no en la barra como los demás—. Tienes que probar el makgeolli, te gustará.

—Young-soo, no comprendo nada, ¿qué es todo esto?, ¿qué intentas hacer?, ¿qué quieres de mí? —cuestionó Jimin sintiéndose ansioso por responder todas las preguntas que surgieron en su cabeza desde que sintió los labios de Young-soo sobre los suyos—. Tu... es muy confuso y necesito que me expliques, ahora.

—Está bien, Jimin, tranquilo, una pregunta a la vez —sugirió tocando las manos del omega, mismo que las apartó lentamente para que el alfa no se sintiera ofendido.

Chosen |OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora