Capitulo 48

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Nunca se va del alma quien está en el corazón. No hay distancia para eso —Rafael Cabaliere.

La lluvia golpeaba en el capo del auto negro de Yoongi, quien seguía estacionado frente al edificio al que probablemente ya no volvería. Con sus maletas en el maletero y un lobo triste, se quedó sentado por varios minutos frente al volante, sin siquiera encender el auto.

Eran alrededor de las tres de la madrugada, su cabello estaba húmedo, al igual que parte de su ropa. Su mirada estaba perdida en las gotas de agua que se deslizaban por el cristal de su auto. El ruido de la fuerte lluvia arropó el ruido que traspasó su garganta en un grito gutural que descargaba el millar de sentimientos, sobre todo de tristeza, por el que estaba pasando.

Golpeó una y otra vez el volante con enojo, pensó que realmente podría mantener su relación con Jimin sin que su destinada les afectara en algo, pero no fue así, al final quiso forzar las cosas entre ellos cuando sabía que no funcionaría del todo y lo que obtuvo como resultado fue hacerle daño a la persona que amaba.

Tratando de huir de lo que tanto quería eludir, fue tanto el esfuerzo de evitar un dolor, que al final terminó haciéndolo de todos modos.

Se sintió culpable por obligarse a sentir con Jimin lo que sentía con su destinada, se sintió culpable por hacer que él se quedara hasta el punto que ya no lo soportó. Vio como a Jimin no le hacía bien que él estuviera yendo y viniendo para ver a quien se supone era su otra mitad; intentó mantenerse junto al omega, pero lo que obtuvo como resultado fue exactamente lo que estaba evadiendo.

Encendió el coche dejando salir un suspiro, ¿tenía a dónde ir? Claro que lo tenía, pero por primera vez él y su lobo estaban de acuerdo en algo, estar con Sarang en este momento solo empeoraría. Si, le daría tranquilidad, pero en ese instante lo único que quería era volver a ese apartamento y meterse bajo las sábanas junto a Jimin, abrazarlo mientras la lluvia pasaba.

Tomó el móvil en sus manos y pensó en llamar a Hoseok, pero sabía que era mala idea ir con él, así que terminó llamando a quien probablemente podría estar despierto a las tres de la madrugada.

—¿Estas despierto? —preguntó con su voz más ronca de lo que lo esperaba.

—Sí, ¿tú por qué lo estás y llamándome? —cuestionó Jungkook, pero no obtuvo respuesta por parte del alfa—. ¿Pasó algo?

—¿Puedo quedarme en tu lugar por esta noche? —la pregunta de Yoongi fue toda la respuesta que Jungkook necesitó para saber qué pasó algo con Jimin.

—Claro, pero no te presto mi cama —aclaró el alfa—. No tengo un apartamento de soltero para recibir visitas como las tuyas. —el comentario de Jungkook hizo que el alfa sonriera a medias.

Yoongi condujo hasta el apartamento de su amigo, sintiéndose cada vez más afligido y a medida que se alejaba de la casa en la que dejó a Jimin dormido, más se hacía la idea de que nunca lo volvería a ver, y eso le causaba por dentro un garrafal vacío.

Hubo una despedida entre ambos, un adiós entre lágrimas y jadeos que pareció marcar el fin de su relación de manera definitiva, ya que para el omega terminó en el momento que Yoongi llegó a casa con el aroma de su destinada; quiso aparentar que no, pero tanto el cómo Yoongi eran conscientes de ello, solo quisieron hacerse otra idea de lo que tenían y convencerse de que podrían hacer que funcionara una relación en la que aparentemente había una tercera persona que también necesitaba al alfa, incluso más que él, pero no.

Lo intentaron, como se prometieron que lo harían, pero llegó a un punto en el que Jimin ya no podía más y Yoongi tampoco, aunque quisieran convencerse de que sí. Lo intentaron hasta que llegó eso que tanto quisieron evitar, que Jimin quisiera alejarse, porque en el fondo sabía que lo haría y que él no se lo impediría, después de todo era por el bienestar emocional de ambos y fue exactamente como sucedió.

Chosen |OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora