Capitulo 5

394 55 15
                                    

Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos —Julio Cortázar.

Durante el camino a casa, Yoongi se encontraba en el asiento copiloto de su auto mientras Jungkook conducía, el aroma de ese omega inquietó a su lobo interior y eso solo lo empeoraba.

Con algo de desesperación se deshizo de su chaqueta arrojándola al asiento trasero del auto, movió su cabeza de un lado a otro tratando de olvidar a ese omega, su aroma. Ya era lo suficientemente vergonzoso que la única persona que tenía a su lado, y estando en celo, era un alfa.

Su lobo, cada celo que pasaba era peor que el interior, podía tomar supresores y aun así sentía esa necesidad de aparearse con alguien, con un omega específicamente.

Jungkook lo acompañó hasta el interior de su apartamento. Yoongi esperaba que este se fuera inmediatamente, pero no lo hizo y al parecer no tenía intenciones de hacerlo.

Se dejó caer en el sofá de manera brusca, echó su cabeza hacia atrás con los dedos enterrados en su cabello negro.

—¿Tienes a alguien? —cuestionó Jungkook aún desde el pasillo de entrada—. Parece que necesitas a un omega.

—Lo único que necesito es que te vayas de mi casa, no puedo soportar un segundo más tu aroma a chocolate puro, es repugnante —se quejó Yoongi escondiendo su cabeza entre sus brazos—. Sin ofender —aclaró el alfa.

—Si me ofende, pero lo comprendo. Tampoco es que me agraden mucho tus feromonas de... excitación —determinó Jungkook haciendo mohín con los labios.

—¿Qué esperas para irte? —preguntó Yoongi con algo de desesperación.

—Que Hoseok venga, tiene mi auto.

—Si quisieras ese costoso coche, no dejarías que Hoseok lo condujera estando medio borracho. Vuelve a la fiesta, llévate mi auto si quieres.

—Hyung, ¿seguro que estarás bien? —cuestionó Jungkook en tono de preocupación y cubriéndose la nariz con algo de discreción. De repente todo el lugar estaba inundado del aroma de Yoongi y eso solo provocaba náuseas en Jungkook.

—Es mi celo, no la muerte.

Jungkook no dijo nada más y lo último que Yoongi escuchó fue la puerta cerrarse. Con pesadez el alfa se levantó del sillón para ver a través de la ventana como su nuevo compañero dejaba la residencia. Al notar que éste no se fue en su auto, Yoongi llevó su mirada hasta la repisa junto a la puerta y allí estaban sus llaves.

Al sentir una fuerte oleada invadir y aturdir todos sus sentidos, el alfa se arrastró jadeante hasta su recámara. Sentía que la ropa ardía en su piel, se deshizo del abrigo quedando únicamente con sus pantalones.

Ya no era el dolor de cabeza, o el calor corporal que cada vez se volvía más intenso, se trataba del nivel de necesidad de su lobo aparearse. Llegaba al punto de ser insoportable para Yoongi poder controlar sus instintos.

Lo peor de todo es que no podía tomar supresores, estaba en el tiempo de pausa para evitar que estos le causaran efectos secundarios en el futuro. Así que por más que quisiera, no podría tomarlos para controlar un poco los síntomas de un celo peor que cualquier otro.

Se sentó en la cama lleno de desesperación, sin saber exactamente qué hacer, tocarse parecía ser su única opción, pero evidentemente su lobo no estaba de acuerdo con ello; así que en lugar de buscar algo con lo que aliviar la excitación que empezaba a ser realmente muy molestosa, terminó buscando su móvil.

Al levantar la mirada notó como sus ojos lobunos brillaban en la oscuridad de su recámara, dudó por un momento, pero de todos modos terminó marcando el número.

Chosen |OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora