Capitulo 11

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Usted es la respuesta que yo esperaba a una pregunta que nunca me he formulado. Usted es mi hombre —Mario Benedetti.

La mañana del sábado fue un día soleado y con un clima agradable. Jimin tenía planes de ir al estudio temprano en la mañana, pero el cansancio de haber ensayado el día anterior, el desgaste de energía por haber escalado y sumándole a eso la manifestación de su lobo que lo dejó agotado, prefirió quedarse todo el día en casa, después de todo era uno de sus dos días libres.

Se quedó en casa esperando la llegada de su mejor amigo, quien después de tantos cambios de planes decidió quedarse con él durante el resto del día. Jimin preparó sus nuevos lienzos y pinceles solo por si acaso Taehyung necesitaba usarlos.

Jimin no esperaba encontrar al omega prácticamente en los brazos de un alfa pelinegro que lo besaba apasionadamente en la acera de la calle. Lo que menos esperaba es que ese alfa fuera Jungkook, el mismo del que tantas veces le había hablado a su mejor amigo, el mismo del que Taehyung ya no quería seguir escuchando, ahora lo besaba. Para Jimin parecían cualquier cosa menos desconocidos.

Miró alrededor y vio que no había nadie más presenciando aquella escena. Jimin estaba tan sorprendido que fue incapaz de decir algo hasta que estos se separaron y no pudo evitar gritar lo que en ese momento pasaba por su mente.

Por supuesto que Jungkook lo recordó de la exposición de arte, pero antes de que el rubio pudiera contestar, Taehyung le susurró algo que hizo que desapareciera rápidamente y terminara yéndose en su auto.

Jimin se mantuvo en silencio mientras le daba la bienvenida al castaño, la madre del omega lo abrazó y le ofreció comida como siempre que él estaba en casa. Se sentía como recibir a un hermano que había pasado mucho tiempo fuera de casa y estaba seguro que Taehyung lo sentía de la misma manera.

Lo primero que el rubio hizo en cuanto estuvieron solos en su recámara, fue intentar que Taehyung le contara voluntariamente lo que le sucedía. No era coincidencia que la noche anterior le haya escrito desesperado diciéndo que se quedaría con él, mucho menos que al día siguiente cambiara de opinión más de una vez; que llegara con Jungkook era un tema aparte, pero probablemente todo estaba conectado.

El omega solo quería que su amigo le contara lo que pasaba con él. Se había percatado de todas las veces que ha fingido ser feliz, él lo sabía porque también lo ha hecho solo para no preocupar a los demás, pero creía que lo de él no era nada de qué preocuparse realmente, solo la lucha interior con su lobo cada que éste se sentía triste por quien simplemente no valía la pena el desgaste emocional.

El aroma de Taehyung lo había delatado en varias ocasiones, aunque éste siempre lo negara. Jimin sospechaba que tuviera que ver con algún alfa que lo estuviera molestando y siempre que tenía la oportunidad intentaba averiguarlo.

Desde la perspectiva de Jimin, su amigo se comportaba algo raro desde aquel día en la cafetería,  cuando el castaño le gritó a Namjoon sólo porque éste tocó su hombro. Taehyung únicamente se excusó con su celo y los exámenes de la universidad. Es por eso que decidió buscar otra forma para que ambos se desahogaran y esa era pintando.

Bajo el sol de la primavera que casi terminaba, en el pequeño patio de su hogar y con la música de fondo que escuchaba su madre, ambos se concentraron en la paleta de colores que sostenían en sus manos, y el lienzo blanco que pronto fue bañado en tonalidades distintas para ambos.

El rubio había visto pocas pinturas de su amigo, nadie podía igualar nada de lo que Taehyung dibujaba, ya fuera contemporáneo, en acuarela o témpera, todas eran tan profundas y hermosamente trágicas que solo otro artista vería de esa forma; tan oscuras y llenas de sentimientos, que solo alguien que estuviese pasando por aquello podría retratar tan detalladamente.

Chosen |OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora