Epílogo

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Tres años después...

Después de romper la maldición, Lalisa y Jennie se sumergieron en una nueva aventura llena de descubrimientos y muchos, pero muchos retos. La morena tuvo que enseñarle a su guerrera a desenvolverse bien cuando estuviera sola, para eso le ayudó a comprender mejor el idioma y su escritura, a usar el dinero y lo más importante, a no perderse cuando quisiera regresar a su hogar.

Jisoo también estuvo presente casi todo el tiempo, y después de obligar a Rosé a disculparse por su absurdo comportamiento, ambas rubias encontraron que tenían muchas cosas en común. Incluido un especial humor negro que a veces ni Jennie ni su mejor amiga podían comprender del todo.

Una vez pudo entender mejor como funcionaba su "nuevo mundo", Lalisa se sumergió de lleno en el estudio de la historia.

Viendo su hambre de conocimiento, Jennie la acompañó la primera vez hasta la biblioteca de la ciudad y solo bastaron seis meses para que ella se hubiera devorado todos los registros habidos y por haber de los acontecimientos ocurridos en los últimos tres mil años. Después de eso, solo vino la etapa más caótica para la morena, el descubrimiento total del Internet.

Lisa se pasó semanas enteras, con sus días y noches investigando todo lo que pudiera encontrar en ese inmenso mar de información. A veces ni siquiera dormía ni comia y Jennie tuvo que ponerle horarios, como si fuera una niña pequeña, para que según sus propias palabras "No se quedara ciega" por tanta pantalla.

Aunque tuvieron un par de discusiones por eso, la morena no podía estar más feliz y orgullosa. Lalisa se estaba adaptando y a pasos gigantescos. Claro, que su memoria divina ayudaba muchísimo y su encanto todavía más. ¿Cómo podía enojarse con ella si le ponía a temblar las piernas solo con un beso?

Y lo que venía después... Porque si algo iba bien en su nueva rutina eran sus apasionados encuentros. Daba igual la hora o momento del día, ambas se habían vuelto un par de adolescentes a las que les gustaba escabullirse por los rincones a la mínima oportunidad que tuvieran disponible o les diera ganas de compartir su amor. Pero los fines de semana eran peores... Se olvidaban del mundo entero afuera de su habitación.

— Te llame ocho veces Jen. Ocho. — Jisoo le llevaba reclamando desde que salieron de su tienda para almorzar juntas como todos los lunes.

— Lo siento Chu. Ya sabes que no estoy disponible los fines de semana. Ni siquiera supe dónde estaba el teléfono hasta esta mañana — respondió dándole un buen sorbo a su café helado.

— ¿y que pasa si me hubiera muerto? ¿Si me hubieran secuestrado?

— Tienes a Rosie, ella seguramente se hubiera ocupado de que tu funeral quedara muy bonito. Y si te hubieran secuestrado, hoy le hubiera dicho a mi cuñado que te libere y ya. Además, con ese genio estoy segura que te hubieran devuelto antes — completó riendo y Jisoo abrió la boca indignada, pero también algo divertida.

— Bueno, te perdono solo porque sé lo que estuviste haciendo y sinceramente no te culpo. Tienes que recuperar el tiempo perdido. Aunque... Trata de dejarle menos marcas. La pobre tuvo que usar cuello tortuga y estamos a casi cuarenta grados ¡Cuarenta, Jen!

Las mejillas de Jennie se pusieron más rojas que un tomate en primavera, hasta que se dio cuenta de algo.

— espera ¿tú como sabes que está con cuello tortuga? Se fue directo a la universidad esta mañana.

Su amiga se encogió de hombros — lo vi en su cuenta de fans.

— ¿cuenta de fans? —Repitió confundida— ¿Cuál cuenta de fans?

— ¿No sabias que existía? Es muy popular entre sus estudiantes.

— Pero entró hace menos de un año.

MI SUEÑO PROHIBIDO | JENLISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora