Kiran Anderson
-Con las pruebas dadas, se tomó la decisión de darle la custodia completa del menor Stefan Anderson, al señor Kiran Anderson. Y se le da todo el derecho para levantar una orden de alejamiento a la señora Nadia Brown, no tendrá permitido acercarse al menor por el simple hecho de solo haber pensado en regalar a su hijo a su padre.
La sonrisa en mi rostro es enorme, Stefanía me abraza con fuerza, siento varias manos tocar mi hombro o espalda, felicitándome por el veredicto del juez.
-¡No iba regalarlo! Mi padre lo cuidaría los días que yo estaría fuera del país, ellos falsificaron todo.
La voz de Nadia Brown se alza en la sala del tribunal, intentando defenderse ante la aplastante decisión del juez. Su tono desesperado y lleno de frustración resuena, pero nadie parece darle crédito. El juez, impasible, golpea el mazo para restablecer el orden.
-Señora Brown, sus argumentos son irrelevantes en este momento. Las pruebas presentadas son concluyentes. El tribunal ha hablado. Ahora, si no puede aceptar el fallo, será escoltada fuera de la sala.
Nadia me lanza una mirada cargada de odio y resentimiento. Sus ojos arden, pero no me afecta. Mi prioridad siempre ha sido y será Stefan, y hoy he ganado la batalla más importante de mi vida.
Mientras los oficiales conducen a Nadia fuera de la sala, ella se voltea por última vez, su voz quebrada:
-¡No te saldrás con la tuya, Kiran! Esto no ha terminado.
No puedo evitar tensarme al escuchar sus palabras, pero Stefanía me aprieta la mano con fuerza, devolviéndome a la calma.
-Déjala hablar —murmura, sus ojos fijos en los míos, llenos de determinación—. Nada de lo que diga puede cambiar lo que hemos logrado hoy.
Ya estando fuera del salón, nuestros abogados se acercan, estrechándome la mano con una sonrisa de triunfo, Ros y Nica abrazan con fuerza a Stefanía entre risas.
-Lo logramos, Kiran. Ahora solo queda gestionar la orden de alejamiento. No tendrá ninguna oportunidad de interferir.
-Gracias por todo —respondo sinceramente, aunque mis pensamientos ya están en otra parte: en mi hijo, esperándonos en casa.
-No fue nada, solo hicimos nuestro trabajo.
-Saben que no es solo eso, se metieron mucho en el caso, cosa que no hacen muchos abogados, buscaron pruebas en todos lados, con cada familiar, amiga o vecino de mi ex pareja, ¿quién buscaría tanto?.
Ellos se encogen de hombros como si no fuera la mayor cosa, sus ojos castaños viéndome fijamente con una pequeña sonrisa.
-Tengo otra pregunta, veo que todos tienen el mismo color de ojos, color café claro. ¿Porque Ros es la única con ojos grises?
Todos volteamos a ver a Rosaura, la cual no sabe a quién ver al tener tantos ojos viéndola.
-Es que ella es adoptada.
Da risa escuchar eso de su propia hermana, cuando son gemelas idénticas a pesar de sus ojos.
-Yo sigo diciendo que los ojos de Rosaura son idénticos a los tuyos, Kiran.
-Solo debe ser una coincidencia, tantas mezclas que hay en el mundo, tantos tipos de color de ojos que hay.
Erick acaricia el cabello de su hermana mientras habla, idéntico al de él, un rubio tan blanco, que pareciera que fueran albinos.
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Ámame a tú Manera
RomanceUn hombre en silla de ruedas, serio y enfocado solo en su hijo. Una chica con la actitud más loca y divertida, pero con traumas y demonios que la atormentan.. Dos polos completamente opuestos. 16 años de diferencia. Ella cree que el es un viejo am...