👊🏻Cap 11☀

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La Danza del Sol

—¿Esto... No... Puede... Ser? —decía Lash mientras observaba la escena en la que se encontraba, estaba siendo atravesado por el puño de un chico de cabello castaño, con un gran agujero en el pecho sangrando mucho...

(...)

Varias horas antes de eso, se encontraba Lash en la habitación de la taberna terminando de vestirse y recogiendo su katana y su mochila, en eso entró Filia a su habitación.

—¿Ya estas listo para irte? —preguntó la mujer.

—Si, no se preocupe, sólo recogeré algunas provisiones y me iré de la ciudad.

—Sobre eso... Esta ciudad es especial, se llama Townad y no será tan fácil salir de aquí —explicó la mujer confundiendo al chico.

—¿A qué se refiere? —preguntó terminando de recoger todo.

—Verás, si se trata de la dirección del bosque no hay problemas —explicó sentándose en la cama, Lash la siguió con la mirada—, pero si lo que quieres es avanzar más al norte necesitaras un permiso especial del alcalde.

—¿Permiso? —siguió con dudas el joven.

—Pues resulta que el alcalde de Townad es un tipo algo raro —posó su cabeza sobre una de sus manos ladeandola mientras hablaba—, para él los habitantes de este pueblo son muy dependientes y débiles, así que cree que la única forma de que mejoremos es obligándonos a hacerlo, por eso sólo deja salir de la ciudad a los que peleen en sus peleas clandestinas, tendrías que ganar al menos 3 peleas seguidas para ganarte el permiso.

—¿Enserio? Eso es una tontería, no puede ser que tenga que pelear para poder salir de aquí —exclamó el joven.

—Piensa lo que quieras, pero él es el que manda, si no te gusta tendrás que regresaste por donde viniste.

—Rayos... —susurró en voz baja.

Lash y Elisette finalmente se despidieron de la tabernera y se retiraron del lugar, era temprano en la mañana, al salir notaron el aspecto del pueblo, se veía bastante normal como cualquier otro, excepto por los miles de carteles dibujados haciendo promoción a las batallas por salir del pueblo, varios peleadores que parecían ser muy fuertes se veían en cualquier lugar a donde mirasen.

—Es increíble, no puedo creer que este lugar tenga una regla tan tonta —protestó la princesa enojada—, eso me parece machista, los hombres serían los únicos que saldrían del pueblo.

—En ningún lugar dice que las mujeres no puedan participar, la machista eres tu que das por sentado que una no podría ganarle a un hombre en una pelea —rebatió Lash dejando a la chica perpleja sin saber que decir.

Luego de caminar por un rato llegaron a uno de los muchos centros de combate que había en el pueblo, este era enorme y desde afuera se escuchaba el griterío de adentro.

—¿Entonces piensas luchar? —preguntó la pelirroja al ver al chico parado mirando fijamente la entrada del lugar—. Oye que se que eres fuerte pero... Aquí dice que no se permite uso de armas, y tu lo que más usas son armas.

—La Danza de La Luna es un estilo para cualquier tipo de arma, incluso los puños —le dijo mientras entraba caminando al local, la chica lo siguió rápidamente.

El Demonio de La Luna RojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora