Para ser más fuerte
Hace varios años, justo en la aldea de los bandidos, aparecieron varias carretas llenas de niños y adolescentes, al frente eran conducidas por caballeros de armaduras grises, liderados por un sujeto anciano, este tenía una larga túnica negra y un gorro de color rojo, se veía arrugado y canoso, su cabello era erizado algo largo y poseía un bigote puntiagudo en forma de V. Este sujeto extraño caminaba al frente de las carrozas hasta llegar donde se encontraban un grupo de bandidos en el centro del pueblo.
-Buenas tardes caballeros, vengo en busca de lo que acordamos -le dijo el ansiado con una sonrisa amable.
-Claro, por aquí esta la mercancía -uno de ellos lo guío hacía dentro de la casa, allí habían varios niños jóvenes con cadenas en las muñecas, se notaban algo sucios y golpeados, pero la mayoría en buen estado-, se que parecen algo maltratados, pero era necesario disciplinarlos, en realidad están saludables -decía el bandido que los guiaba.
El anciano los miraba atentamente, se acercaba a algunos y les tocaba la piel y el cabello, pero ninguno parecía convencerle.
-Esto no es suficiente ¿Tiene algo más? -preguntó.
-Mmmm, hay una más, pero digamos que no está en buenas condiciones -decía rascándose la cabeza nervioso.
-¿Puedo verla? -una sonrisa diabólica se hizo presente en su rostro asustando al bandido.
Lo guío hacia el sótano donde yacía una pequeña niña en el suelo, está estaba llena de heridas y sangrando incluso entre sus piernas, su mirada estaba perdida y se notaba muy golpeada, tampoco se movía ni hablaba. Esta chica era Emily, apenas tenía 13 años, pero ya había sido abusada, maltratada y golpeada por los bandidos de la ciudad, estaba apenas viva por un hilo de aire.
-Esta servirá -dijo el anciano y ordenó a los guardias que la cargarán y la colocarán con los otros niños.
-¿Seguro? No es la mejor que tenemos -preguntó dudoso el bandido.
-Es justo lo que buscaba -le dijo con una sonrisa dejando caer una bolsa con monedas de oro en sus manos.
La chica fue metida a la jaula junto con varios niños más, esta sólo se sentó en una esquina sin prestarle atención a su alrededor. Pasados unos minutos de viaje uno de estos niños se acercó a ella tocándole el brazo, la chica alzó la vista pesadamente y se encontró con una versión más pequeña de Hamleen, teniendo más o menos su edad, este movía su mano saludándola sonriente.
-Hola... -respondió la pequeña en un hilo de voz.
El chico sacó un pequeño cuaderno y rápidamente escribió la palabra hola en él sorprendiendo a la chica.
-No puedes hablar -exclamó sorprendida y el chico asintió.
El chico volvió a escribir algo en el papel:
¿Cómo te llamas?
-¿Mi nombre? -exclamó impactada todavía, hacía mucho que no hablaba con alguien de su edad, miró un momento a su alrededor dándose cuenta que ya había salido de la aldea, ahora estaba rodeada de niños de su edad-. Soy Emily.
El chico aplaudió de emoción por haberle respondido y volvió a escribir algo.
Yo me llamo Hamleen, un gusto conocerte, tienes un nombre bonito.
-Hamleen... -la chica recuperó un poco el brillo de sus ojos notando la emoción del chico frente a ella-. ¿Sabes a dónde nos llevan?
El chico se quedó pensativo y respondió:
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El Demonio de La Luna Roja
FantasíaUn chico pierde a toda su familia excepto a su hermana, a la cual quiere rescatar y recorrerá un largo y difícil camino para hacerlo, nada le será fácil y sufrirá mucho. ¿Lo conseguirá?