🏵Cap 03🏞

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Una danza con infinidad de estilos.

La luna se encontraba en lo más alto del cielo mientras debajo al aire libre, el anciano y Lash bailaban... Aprendiendo un nuevo estilo de combate.

—Debes relajarte más, dejar que el brillo de la luna te contagie y comiences a bailar —explicó mostrando algunos movimientos.

El chico había quedado asombrado por la habilidad que mostró su sensei, pero aun así dudaba todavía que una danza se pudiera convertir en un estilo de combate.

—¿Acaso no se ve hermosa? —habló mientras se movía—. Brillando ahí en el cielo como la más grande y la más linda, rodeada de bellas estrellas —Se detuvo un momento y se colocó frente al chico—. Ven.

El chico le hizo caso y se lanzó contra él, pero justo al tocarlo sintió como si tocara el reflejo en el agua de un lago. Luego sintió un fuerte golpe provocado por el anciano en su abdomen doblándose de dolor.

—Eso... Fue... —dijo tratando de recuperar el aliento.

—Exacto, es una de las muchas formas de usar la danza de la luna, es un estilo universal así que puede usarse para todo tipo de armas. Incluso sin ellas, como pudiste notar —explicó sonriente.

—¿Pero Cómo se que debo utilizar para que tipo de arma? —preguntó levantándose del suelo.

—Con el tiempo aprenderás a adaptar la danza a cualquier tipo de arma, incluso alguna que nunca haya sido usada —se acercó al joven—, todo depende de la forma del arma, el tamaño, el peso, esas cosas te harán saber como debes bailar, si de manera rápida o lenta por ejemplo.

—Ohhhh —exclamó sorprendido analizando todo lo que le dijo su sensei.

—Ahora continuemos, te queda un largo camino por delante.

Paso un año entero mientras Lash se hacía más fuerte y ya había perfeccionado gran parte de la danza de la luna, pero aun le quedaba por aprender. Por otra parte continuó su exploración por todo el bosque, pero seguía sin encontrar una salida. El sensei le había explicado que el nombre de la aldea era Mitsukatta y estaba muy alejada de la ciudad, mucha gente salía pero ninguno regresaba.

El bosque del cual intentaba salir se llamaba Ushinatta. Nadie conocía hasta donde llegaba, era demasiado extenso, Lash se preguntó varias veces porque su madre había entrado en primer lugar, parecía un sitió peligroso y no cree que ella los arriesgara tanto... Pero por desgracia... Ya no puede contar con ella, así que no tiene de otra que encontrar por él mismo la forma de salir del bosque.

Se encontraba caminando entre los Abundante árboles, su pelo había crecido mucho más y a pesar de tener 11 años solamente, su cuerpo estaba tomando buena forma.

Llegó a una zona de prado donde predominaba el césped y unas bonitas flores de color rojo. Al caminar un poco y sentir la suave hierva debajo de sus pies junto con la brisa que bañaba su rostro se sintió relajado. Era un lugar tranquilo y que transmitía mucha paz. Justo al frente había un árbol que resaltaba, era de madera marrón con un frondosa capa de hojas verdes. Le pareció conocido, así que se acercó para verlo mejor. Sintió un zumbido y enseguida lo supo. Era un astonte, el hogar de unos insectos muy molestos llamados drakones. Tenían ese nombre por su ferocidad y lo letal de sus aguijones, tenían una especie de sustancia especial que hacia heridas con gran hemorragia.

Se quedo pensando por un momento y... Decidió que era hora de probar lo aprendido, además le serviría de mucha ayuda ese veneno de sus aguijones.

Lash tomó aire y golpeó el tronco con toda su fuerza, cuando este se sacudió un poco, echó a correr y se alejó para tomar distancia, rápidamente un enjambre de bichos de color rojo y negro que parecían dragones pequeños, pero insectificados, con tres aguijones en la parte trasera, volaron por montones hacia él chico.

El Demonio de La Luna RojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora