👨‍👩‍👦Cap 28💓

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La tierra perdida

En una zona de playa... El sol estaba en su punto más alto, las olas golpeaban la orilla de la arena, justo en ella se encontraba alguien, era Aegan, este se encontraba inconsciente boca arriba, sus labios estaba secos y tenía mucho calor. Abrió los ojos lentamente y se levantó sujetando su cabeza adolorido.

—Mierda... ¿Qué fue lo que pasó? —se preguntó confundido.

—Caímos por un remolino —habló Elisette a su lado—. ¿Cómo te encuentras?

—Algo adolorido, pero bien —se levantó con ayuda de la chica—. ¿Y tu?

—Estoy bien, desperté hace un rato —dijo y señaló hacia atrás, se encontraban en una especie de risco, en lo alto se podía observar mucha más arena—, es extraño... Estamos en una especie de isla, pero no hay nada de vegetación, parece un desierto... Perdí mi mapa así que no se como salir de aquí —bajo la mirada algo deprimida—, no puede ser que nos hayamos separado en un momento como este... Cuando más Lash nos necesitaba...

—No te preocupes, saldremos de esta —le puso la mano en el hombro y sonrió—, de alguna manera... Por ahora vamos a avanzar, a lo mejor encontramos una aldea o algo que nos sirva de guía.

La chica asintió y entonces los dos comenzaron a partir, subieron el risco dándose cuenta de que efectivamente se encontraban en un desierto, el cual se extendía bastante, todo estabs cubierto de arena con algunas partes rocosas, se podían observar algunas criaturas reptilianas que habitaban mayormente en la arena y algunas plantas carentes de aguas.

—Dios que sed tengo... Si tan sólo Lash estuviera aquí... Él es el experto en sobrevir —se quejó la princesa sudando, se había quitado parte de su ropa quedando sólo con un top que le cubría los senos y teniendo el resto como un sombrero que tapaba su cabeza.

—Hemos caminado bastante —el castaño se detuvo frente a una planta. Esta estaba por todo el lugar, tenían un tallo redondo y ancho como un globo y una flor azul en la punta—, a lo mejor algo de esto nos pueda servir.

Aegan agarró la planta y la exprimió, esta soltó por la flor un chorro de agua hacia arriba. La princesa se alegro y enseguida se lanzó a probar el agua.

Justo cuando estaba probando el agua el suelo comenzó a temblar.

—¿Qué es eso? —dijo asustada.

—Creo que no somos los únicos que teníamos sed —dijo Aegan notando que algo salía de la arena.

Era una especie de criatura alargada con miles de pequeñas patas por todo su cuerpo, en su cabeza había una boca redonda con varios tentáculos finos que salían de ella, se lanzó agarrando la planta con los tentáculos y la base en su boca como si bebiera un baso de agua.

—¡Eso era mío! —la chica enojada lanzó un latigazo a la planta rompiéndola y derrochando todo el agua afuera—. Ups.

La criatura se enojó y se lanzó a devorarla, Aegan saltó agarrando a la chica en sus brazos y comenzó a correr mientras eran perseguidos por el monstruo.

—¡Solo lo hiciste enojar! —la regañó Aegan.

—¡Se tomó mi agua! —refutó.

—¡Hay miles de esas plantas por aquí! —le dijo Aegan y esta se quedó callada haciendo un puchero cruzada de brazos.

Estuvieron corriendo por un buen rato hasta que la perdieron de vista, llegaron a una zona rocosa y ya se había hecho de noche, así que aprovecharon para quedarse ahí.

El Demonio de La Luna RojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora