Capítulo 3: NADA ES IMPOSIBLE🌻

48 8 49
                                    

~🩰~

MIA

— Ha sido una gran sorpresa el que Erick se haya acercado a Dios.

— Si, lo es — dije mientras soltaba un suspiro y tomaba una de las almohadas del sofá y la abrazaba.

— ¿Estas bien? — preguntó Diego quien estaba sentado a mi lado.

Luego del servicio había pasado por mi casa. Mi mamá lo había invitado a cenar con nosotras y él aceptó gustoso.

Ahora mismo mamá estaba en la cocina preparando la cena, yo me ofrecí a ayudarla pero ella se negó diciendo que ella podía sola y que mejor platicara con mi amigo.

— Si — respondí — Es solo que...No se...Ver a Erick de nuevo y ahora convertido en Cristiano es algo que no terminó de comprender.

Diego me miraba y escuchaba atento.

— Por mucho tiempo yo intente hablar con él, decirle que Dios tenia un plan para su vida pero Él nunca quiso escucharme...y no dejo de preguntarme ¿por qué?

— Tal vez no era el momento — dijo — Tal vez él aún necesitaba tiempo para abrir su corazón.

Suspiré mientras Diego continuaba hablando.

— Pero de algo puedes estar segura y es que aunque no lo creas Tú ayudaste a que él pudiera acercarse...En Dios nada es casualidad y el que te conociera a ti le permitió nuevamente oír hablar de Dios y de su amor.

Sonreí.

Diego pasó su mano por mi espalda y me abrazó por unos pocos segundos.

— ¿Puedo preguntarte algo?

— Si, Dime...

— Si...— se quedó pensando por un instante — Si Erick...Te pidiera una oportunidad ¿Se la darías?

Abrí mis ojos sorprendida por su pregunta y comencé a jugar con mis dedos un poco nerviosa. No esperaba que fuera a preguntarme aquello.

— Te...¿Te refieres a si me pidiera ser su novia otra vez?

— Si — se aclaró la garganta — Es decir, ahora es Cristiano y supongo que podría ser un buen chico para ti, sabrá amarte porque aprenderá a amar a Dios...

Sonreí. Quizás Diego tenia razón pero yo no estaba muy segura de si podía nuevamente entablar una relación con Erick. Él era lindo pero no quería volver a equivocarme, aunque si fuera voluntad de Dios lo aceptaría.

— No creo que Erick llegara a pedirme eso — le dije — Tal vez ya se olvidó de mi por completo.

— Yo no estaría tan seguro de eso — rió — He visto como te mira y es obvio que aún le interesas.

¿Será posible? Pero Erick nunca me amo de verdad, solo estaba jugando conmigo, ¿por qué ahora le interesaría? ¡No, eso nunca pasará!

Reí.

— Claro que no — dije con seguridad — Además hoy estaba muuuuy ocupado hablando con Paola.

DE REGRESO A CASA (LIBRO #4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora