Capítulo 47: ENCONTRARME A MI🍂

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~🖤~

ERICK

Cuándo pasas mucho tiempo solo, hay cosas que cambian. Dejas de disfrutar tu vida porque piensas que a nadie le importa y cada día es solo un día más y ninguno es especial.

Eso ocurrió conmigo. Viví tanto tiempo en Soledad que dejé de vivir Realmente.

Cuándo huí de casa me encontraba solo en un mundo aterrador. Luego me adentre en un mundo todavía más oscuro con El jefe, y a pesar de que estaba rodeado de personas que trabajaban junto a mi, nunca dejé de sentirme solo.

La soledad era mi única compañía. En mi corazón había un vacío que con nada se llenaba.

Dejé de disfrutar mi vida. Mi cumpleaños pasó a ser solo un día más porque a nadie le importaba.

¿Por qué debía de importarme a mi también?

El último cumpleaños que celebré fue cuando tenía 5 años, meses antes de la muerte de mis padres.

Al año siguiente mi abuela quería que festejaremos pero me negué y le prohibí que lo hiciera diciendo que si hacía una celebración me iría de casa.

Era tan solo un niño, pero mi corazón estaba roto, lleno de rencor, y frío; Ese frío que llegó para quedarse por un largo tiempo.

Nada me emocionaba, nada me hacía feliz y cuando más tiempo pasaba más me volvía otra persona, alguien totalmente irreconocible ante mi abuela y mis demás familiares.

Y cuando me fui todo fue peor. Dejé de ser yo. Me olvidé de todo y de todos.

Olvidé que el día de mi cumpleaños debía ser un día especial como mamá me lo decía, que ese día era para agradecerle a Dios porqué todavía me daba la oportunidad de vivir.

Si no hubiera sido por la sorpresa que me habían dado, no lo habría recordado.

Pero...Realmente no sabía como tomar todo eso.

Nunca antes me habían hecho una fiesta sorpresa.

Nunca antes había tenido amigos ni personas que se preocuparan por mi.

Aún me costaba asimilar todo y acostumbrarme a esta nueva vida que había encontrado.

¿Qué se supone que haga?

— No se que hacer — dije entre sollozos. Las lágrimas seguían saliendo de mis ojos.

— Erick — la voz de Paola se oyó afuera de la habitación — ¿puedo entrar?

— Esta bien — respondí.

La puerta se abrió y por ella entró mi hermana hasta llegar a donde yo estaba sentado al borde de la cama.

— ¿qué ocurre? ¿Estas bien? — preguntó luciendo preocupada — ¿no te gustó la sorpresa?

— ¿por qué hacen esto? — negué con la cabeza — ¿por qué?

— ¿de qué hablas?

— Yo no merezco nada, no merezco que me amen o que se preocupen por mi, he hecho muchas cosas malas.

Se sentó a mi lado y me abrazó mientras yo seguía llorando.

— Esta bien — dijo — Ya todo está bien. Esto es lo que mereces. Pasaste mucho tiempo solo y debió ser horrible para ti, pero eso acabo, ahora estás en casa, tienes una familia y amigos que te quieren de verdad. Nunca más volverás a estar solo, te lo prometo.

Mientras me abrazaba podía sentir una paz inundar mi corazón.

— Y no importa lo que hayas hecho — siguió diciendo — Dios ya te ha perdonado y te ha dado un nuevo comienzo. Nadie de aquí va a juzgarte, estamos para apoyarte y hacerte sentir en casa.

DE REGRESO A CASA (LIBRO #4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora