~🖤~
ERICK
Dios es bueno, muy bueno. Cada día de mi vida he visto su fidelidad y su misericordia, su gran amor me persigue y no me deja alejarme, y no quiero hacerlo.
¿Cómo alejarme, cuando él ha hecho todo por mi?
¿Cómo darle la espalda a alguien que me ha ayudado en todo?
No puedo, simplemente no quiero alejarme de él, Dios es todo para mi ahora, él es el centro de mi vida y de todo lo que soy.
Mientras meditaba en eso, caminaba rumbo a la iglesia. Era domingo día de servicio o culto como algunos dicen. Había optado por ir una hora antes de que iniciara para orar y estar en comunión con Dios.
Estaba feliz de asistir y tal vez encontrarme con más personas que conocieron a mis padres.
Al llegar a la iglesia me quedé unos momentos parado viento todo el exterior. Aún no podía creer que una vez más habia vuelto a ese lugar donde pasé los primeros años de mi vida.
Comencé a subir los pocos escalones que conducían hacia adentro. Mientras subía pude oír que adentro del templo alguien tocaba el piano y cantaba.
— Mi orgullo me sacó del jardín, su humildad puso el jardín en mi
Y si vendiera todo lo que tengo a cambio de su amor yo fallaría...Era una voz tan suave y tan hermosa que resonaba por todo el lugar.
— Por qué su amor no se compra, ni se merece, su amor es un regalo, de gracia se recibe...
Al llegar a la puerta me detuve y mi vista se dirigió hacia el frente para ver quien era aquella persona que estaba cantando.
Angie. Se encontraba parada frente al piano con los ojos cerrados.
La observé con atención perdiendome por completo en aquella melodía que entonaba.
Cerré mis ojos mientras disfrutaba del ambiente lleno de paz y tranquilidad.
Cuando abrí los ojos mi vista se encontró con la de ella que me miraba fijamente desde el altar con una mirada angelical e inocente. Fui incapaz de moverme o hacer algo.
No. No me gustaba. Era solo que la admiraba mucho, no la conocía muy bien pero por lo que podía ver era una joven ejemplar y que tenía la presencia de Dios en su vida.
— ¡Eso fue magnífico! — exclamó una voz detrás de mi mientras aplaudía.
Me sobresalté un poco en mi lugar y luego volteé. Era el Pastor.
— Eliseo, Dios te bendiga — saludó mientras estrechaba mi mano.
— Amén, Igualmente Pastor.
— ¡Cantas hermoso Angie! — le dijo.
— Gracias, pero toda la honra es para Dios — respondió ella que no supe en que momento llegó hasta nosotros si estaba sobre el altar.
— Angie, querida, Él es Eliseo, es hijo de un pastor que ministro en este lugar hace muchos años.
— Dios te bendiga — me miró, con una ligera sonrisa en su rostro.
— Y Ella es Angie — El pastor me miró a mi — Es mi sobrina.
— ¿Sobrina? — pregunté sorprendida
Angie asintió con la cabeza.
— Es hermano de mi padre.
ESTÁS LEYENDO
DE REGRESO A CASA (LIBRO #4)
EspiritualErick es un chico que lucha por salir de las drogas y de un mundo oscuro en el que se adentró cuando su familia murió. En medio de la oscuridad que lo rodea una luz alumbra su vida y una voz le dice: Vuelve a casa hijo mío. y cuando decide hacer cas...